A manera de parodia de lo que los de la 4 T llamaron la “mal llamada reforma educativa de Peña”, hoy tomo prestadas sus palabras para titular mi colaboración en este prestigiado medio de comunicación.
El pasado 30 de septiembre, la Cámara de Diputados recibió la iniciativa presidencial para reformar el sector eléctrico nacional. Con ella, se pretende fortalecer a la CFE, pero el daño colateral que sufrirá el sector, será de graves consecuencias para todo México.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) recientemente divulgó un documento que tituló “La Reforma que Lastima a México” en donde ponen en relieve los aspectos más negativos de esta propuesta, entre los que destacaré los siguientes:
Señala el análisis, que esta reforma representa un retroceso para el país al dar nuevamente una vuelta al pasado monopólico y autoritario de los regímenes de las décadas de los sesentas y setentas.
Asegura el CCE que esta iniciativa, en caso de aprobarse, destruirá el mercado, al eliminar a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y al Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), como operador independiente. La reforma haría de la CFE juez y parte en el sector, además de revertir el orden de despacho eléctrico para privilegiar plantas sucias y caras que opera la CFE, sobre las plantas con energías limpias y de bajo costo, que operan los particulares.
La CFE volverá a transformarse en un monopolio, cuando se ha comprobado muchas veces que los monopolios se vuelven ineficientes y burocráticos. Sectores que hoy están regidos por la garantía de competencia y libre concurrencia – como la generación, suministro y comercialización eléctrica – quedarían reservados al Estado y controlados por CFE. Los generadores sólo podrán venderle a CFE y los consumidores sólo podrán comprarle a CFE, a las tarifas que ésta disponga en ambos casos.
Al día siguiente de que se publique la reforma en el Diario Oficial de la Federación, en automático quedarán cancelados todos los permisos y contratos vigentes, sin causa justificada, con efectos confiscatorios sobre 44,000 millones de dólares que representa la inversión privada.
Como el Director de la CFE, Manuel Bartlett ya declaró que no pagará ninguna indemnización a las esas empresas, es seguro que se promoverán juicios en tribunales extranjeros para obligar el gobierno mexicano a resarcir el daño que les ocasionarán, especialmente los inversionistas extranjeros, como lo establece el T-MEC recientemente firmado por el propio Presidente López Obrador.
Además del T-MEC, se violaría el tratado comercial con la Unión Europea y el Acuerdo Transpacífico firmados por nuestro país.
Ni hablar, en este tema también vamos en sentido contrario del que va el resto del mundo.
Esperemos que las y los legisladores analicen bien su voto, no vaya a ser que una vez aprobada la mal llamada reforma eléctrica, sobrevenga un corto circuito, o peor aún, un fuerte apagón en la economía nacional.