Texas.-
Los médicos descubrieron que, poco antes de que los pacientes sufrieran inexplicables crisis, William Davis, del hospital Christus Trinity Frances había entrado a sus habitaciones. Las autoridades descubrieron que mató a cuatro pacientes inyectándoles aire.
Y en la clínica se dieron cuenta de que algo no estaba bien cuando personas que parecían recuperarse bien de sus cirugías del corazón, repentinamente sufrieron síntomas parecidos a los de una apoplejía.
Al investigar los casos notaron que tenían espacios arteriales anormales en sus cerebros.
Las cuatro víctimas: John Lafferty, Ronald Clark, Christopher Greenaway y Joseph Kalina se recuperaban satisfactoriamente y estaban estables, hasta que de repente, se pusieron mal y fallecieron.
Otros dos pacientes, Pamela Henderson y Jesús Serrano, sobrevivieron aparentemente porque se les inyectó menos aire.
Los hechos ocurrieron entre junio de 2017 y enero de 2018. En todos los casos, William Davis era el único enfermero de turno en ese nosocomio del condado Smith, en Texas.
Cuando finalmente se hizo una revisión de las tomas de circuito cerrado, los médicos comprobaron que poco antes de que los pacientes sufrieran tales, Davis, de ahora 37 años de edad, había entrado a sus cuartos.
“Lo hizo a propósito. Lo hizo inyectándoles aire en sus arterias. No hay otro modo”, aseguró el fiscal de distrito del condado de Smith, Jacob Putman.
De acuerdo con la policía se trata de un asesino serial que trabajaba en una institución de salud y que lo hizo deliberadamente contra personas indefensas.
El jurado rechazó la noción de que el enfermero fuera un “chivo expiatorio” del hospital y lo declaró culpable de asesinato capital. Podría
enfrentar la pena de muerte.