Querétaro, Qro.-
El 8 de diciembre se realizará la Caravana del Migrante, en la cual se espera la participación de hasta mil 500 vehículos, informó Fernando Rocha Mier, presidente de la asociación Migrantes Unidos en Caravana.
Según Rocha Mier, la cifra crece hasta en más del doble comparación con la participación que se generó en el 2020, cuando se reunieron aproximadamente 700 vehículos.
En esta ocasión, el punto de partida será el Centro de Espectáculos La Arena, ubicado en Laredo, Texas, el cual cuenta con más de 5 mil cajones de estacionamiento, lo que permitirá fácilmente tanto la reunión como mantener la sana distancia entre los presentes.
“Con las autoridades se acordó que la fecha de la Caravana sería el 8 de diciembre, damos a conocer esta fecha para comenzar a organizarnos”, apuntó Rocha Mier.
En las emisiones anteriores, el 50% de los participantes de la caravana tiene como punto final municipios de Querétaro, 25% las demarcaciones de San Luis Potosí, y un 20% irá a Guanajuato. La cifra restante se distribuye en otros estados.
En Querétaro, los municipios a los que se dirigen principalmente son los de Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, Pinal de Amoles, Arroyo Seco y Peñamiller. En menor proporción Cadereyta.
“Nuestra caravana es la más grande que hay de Estados Unidos hacia México, nos han denominado como la ‘caravana más grande de América’ y ‘la madre de todas las caravanas'”, declaró Rocha Mier.
La semana pasada se realizó la más reciente de las reuniones, a ella acudió el padre Aristeo Olvera Maqueda, secretario de organización de Migrantes Unidos en Caravana y coordinador de la “Dimensión de Movilidad Humana y Atención a Migrantes”, de la Diócesis de Querétaro.
Quienes deseen participar deberán realizar su registro previo dentro de la aplicación “Todos M”, del organismo Fuerza Migrante. Estarán obligados a presentar un comprobante de que ya recibieron la vacuna contra el Covid-19, se admitirá la dosis de cualquiera de las farmacéuticas.
Sin vacuna no podrán sumarse a la Caravana, toda vez que eso obligaría a los organizadores a tener que dialogar con las autoridades mexicanas para solicitar que algunos participantes se vacunasen justo tras cruzar la frontera.
Estimó que existe tiempo suficiente para que los connacionales aún sin vacunar lo hagan; argumentó que recibir la vacuna en Estados Unidos es tan sencillo como acudir a una farmacia y pedirla.