Ulapa, Chiapas.-
A ocho días de que la caravana migrante partió de Tapachula, Chiapas, el contingente ha caminado unos 87 kilómetros hasta este poblado de Ulapa, donde este sábado descansaron durante el día y a las 16:30 horas reanudaron su camino con rumbo a la cabecera municipal de Mapastepec, ubicado a unos 13 kilómetros.
La caravana cambió su estrategia para avanzar, pues ahora caminan por la tarde-noche para evitar la deshidratación, los golpes de calor y las quemaduras por el sol, pero se han topado con la mojada que les deja la lluvia y esto ha provocado las enfermedades respiratorias, sobre todo en los niños.
Irineo Mújica Arzate, activista de Pueblos Unidos Migrantes (PUM) y uno de los organizadores de la caravana, indicó que el Instituto Nacional de Migración (INM) les había ofrecido tarjetas de regularización migratoria a los integrantes de la caravana migrante, con la condición de regresarse a Tapachula, lo cual fue rechazado en un consenso a mano alzada.
Acusa desaparición de migrante Andrea Pérez, una mujer migrante de Venezuela que viaja en la caravana con su esposo y tres hijos, denunció que su pareja se encuentra desaparecido luego de que el INM intentó detenerlo cuando fue a buscarla a la clínica en la cabecera municipal de Mapastepec, debido a que sus hijos se encuentran enfermos.
“Él venía a buscarme en una bicicleta, pero los de Migración lo intentaron detener y le arrebataron la bolsa con 500 pesos, una máquina de afeitar con el que trabaja en la caravana y la ropa”.
Agregó que uno de sus hijos presentaba deshidratación, otro dolor de cabeza y una menor adolescente asepsia dental, por ello fueron trasladados a una clínica rural.
“Estamos siendo perseguidos por Migración, nos tienen entre la espada y la pared”, afirmó la madre, quien también fue atendida por dolores en las rodillas.