El modelo de negocios en el futbol mundial varía mucho de liga en liga, el común denominador está en los equipos cuyos dueños tienen el dinero para invertir, gastar y divertirse, mientras los equipos con menos recursos sobreviven para complementar la oferta de equipos sabiendo que de las escasas posibilidades de ganar y, sobre todo de sobrevivir económicamente en plazas que si bien pueden ser atractivas, no necesariamente tienen los ingredientes para impulsar con precios altos a un equipo deportivo.
En México y muchos países no existe paridad en la distribución de recursos por transmisiones, patrocinios y otros ingresos por el fútbol, además de dársele prioridad a la Selección por sobre los clubes. Cada club depende de ingresos propios y negocia cada patrocinio de acuerdo con el impacto de su marca, mientras en otras partes del mundo negocian colectivamente y buscan generar una distribución mas equitativa para impulsar el crecimiento de plazas y marcas distintas a las de los llamados grandes.
Los resultados han variado con los años con la constante de las marcas predominantes que siguen creciendo por la constante contratación de jugadores de renombre que llaman la atención de multitudes, mientras los equipos menos poderosos dependen de esporádicos logros que saltan a la vista por instantes pasajeros.
La irrupción de los magnates de medio oriente han generado un sisma en tradicionales equipos con estructura de socios, generando una paridad en las alturas, pero manteniendo la desigualdad en los tradicionales por lo que la constante sigue siendo el dinero, venga de donde venga.
Pero existe un modelo diferente aplicado en todos los deportes populares y se encuentra a un cruce de frontera para nosotros. Admiramos las ligas deportivas americanas por su constancia en generar interés, espectáculo y mantener plazas deportivas en números negros gracias a un modelo que prioriza el colectivo sobre lo individual.
Es contradictorio querer una liga como la NFL, MLB, NBA, pero a la vez mantener un descenso deportivo aludiendo a una supuesta mediocridad cuando a la vez deseamos más jugadores jóvenes debutando, pero manteniendo un alto nivel de juego en la cancha. No es compatible pedirle a un equipo que asciende debutar jugadores y a la vez mantener la categoría mientras pelea un contrato miserable con televisoras que aprovechan el poco interés en plazas pequeñas por parte del grueso de los aficionados.
Contratos colectivos de transmisiones con reparticiones mas equilibradas, no descenso para ayudar a establecer plazas futboleras mas fuertes con el tiempo, así como incentivar el surgimiento de mas equipos de primera división con el incentivo de consolidar un negocio que parece repartirse en unos cuantos. Los americanos ya nos sedujeron y los dirigentes en México saben oler el dinero, la separación de CONMEBOL, la creación de nuevos torneos en Norteamérica, y aprovechar la gran población latina en USA, son planes que se vienen cocinando de hace tiempo y en los siguientes años veremos el TLCAN futbolero que ilumina la pupila verde directiva.
No tardará mucho para que Sudamérica quiera un pieza del pastel y me gustaría ver un día un verdadero torneo continental americano que atraiga a Europa y muchos de los grandes jugadores deseen establecerse aquí para dar un espectáculos reservado por ahora para Europa y Asia.
El sillón de los aficionados lo demanda, el espectáculo debe evolucionar.