Reynosa, Tam.-
Han transcurrido más de 49 años del crimen del boxeador más querido de Reynosa. Diversas versiones apuntan que en su muerte estuvo implicado el temido pistolero Rodrigo “Chito” Cano, quien tres años antes ya había atentado contra la vida del famoso deportista. Ambos eran personajes antagónicos: uno representaba la gloria deportiva y otro el poder de la mafia.
“Año del setenta y dos, 10 de noviembre corría, cuando surgió la noticia, que ‘Battling’ Torres moría”.
Esa es la primera estrofa con la que el cantante Ramón Ayala inmortaliza en su corrido el desafortunado suceso que acabó con la vida de una de las más reconocidas figuras públicas que ha tenido Reynosa.
Por aquel entonces ésta era una tranquila ciudad fronteriza con apenas 75 mil habitantes. Los tiroteos existían cada dos o tres años como acontecimientos aislados, muy esporádicos, pero hubo uno que caló hondo en el ánimo de la comunidad.
Un campeón nacional consagrado había sido derribado, no con los guantes, mucho menos arriba del ring: “A traición, por la espalda” se leía en las publicaciones de la época.
A pesar de que ya han pasado más de cuatro décadas la muerte de José Raymundo Torres sigue fresca en la memoria de algunas personas. Por las calles de Reynosa aún es posible encontrar testigos de la espantosa tragedia.
Francisco Hinojosa es un ex empleado retirado de la industria ferretera. Aquella tarde del 10 de noviembre había abordado un camión de la ruta 12 para dirigirse a su trabajo.
Relata que era mediodía y se escuchaba el bullicio de la gente y de los vehículos pasar. Los padres de familia iban a recoger a sus hijos a la escuela como cualquier otro día.
Mientras su transporte circulaba hacia el sur por la calle Occidental al llegar a la Guadalupe Victoria de la colonia Longoria la unidad detuvo abruptamente su recorrido, cuando el estridente sonido de varios disparos aturdió al chofer y los pasajeros. Todos se dieron cuenta y quedaron atónitos:
De una camioneta en marcha un hombre sentado en el asiento del copiloto sacó una arma y disparó contra el Ford Mustang color “verde aguacate” en el que “Battling” Torres se trasladaba.
“Yo iba en la pesera… ¡uy eso fue ya hace muchos años!… pero miramos cuando lo balearon. Nosotros íbamos atrás. No nomás fui yo testigo, éramos muchos, la pesera iba hasta el tope. Cuando empezaron las balas a escucharse ¡ta ta ta ta!, el camión se detuvo, fue muy rápido y luego avanzó.
“Parece que la camioneta era color cafecita o gris, iban dos personas, pero no supimos quienes eran. Todos tuvimos miedo”, evoca el señor Hinojosa, vecino de la colonia Rodríguez.
Conocía de vista al célebre pugilista, quien residía en una construcción ubicada en la esquina de las calles Occidental y Lerdo de Tejada del mismo sector.
ANTIGUAS DISPUTAS
Por la muerte del boxeador de 31 años varias personas fueron detenidas y debido a un previo intento de asesinato se presumió que el crimen fue ordenado por el temido bandido Rodrigo “Chito” Cano, quien en aquel entonces se decía que vivía a la sombra de José Raymundo “Battling” Torres.
Para cuando pasó la tragedia ambos ya habían tenido varios desencuentros en la vida social de Reynosa.
“Battling” Torres se encontraba en la cúspide de su carrera. Era uno de los más astutos peleadores mexicanos, muy rápido, con excelente técnica y fuerza en sus puños. Ya había sido monarca nacional y estuvo muy cerca de convertirse dos veces en campeón del mundo.
Por el contrario, “Chito” Cano (fallecido en octubre de 2010, a los 74 años de edad en Monterrey, Nuevo León) era un corredor de armas que después fue idealizado en corridos por varios cantantes de música norteña, incluido Ramón Ayala.
Las letras lo describen como un poderoso mafioso que logró escapar de prisión, el cual llevaba a cabo asesinatos a sueldo, que fue contrabandista de armas, abastecedor del caudillo guerrerense Lucio Cabañas y quien sufrió un atentado que lo dejó postrado en una silla de ruedas.
SUS ÚLTIMAS PALABRAS
Raymundo “Battling” Jr. tenía apenas 10 años cuando escuchó el estruendo de las balas que mataron a su padre.
“Mi papá iba a boxear ese mismo día por la noche, entonces pasó a despedirse de mi abuelita, pero el último con quien platicó fue conmigo, porque me lo topé en la calle.
“Yo acababa de salir de la escuela, iba a comprar barajitas con un compañerito. Me lo encontré en la esquina y pitó para decirme: –‘Dile a tu mamá que me voy para Valle Hermoso, voy a ir a pelear, nos vemos en la noche’– y esa fue la última vez que volví a verlo con vida y escucharlo hablar”, relató su hijo de manera contundente.
Raymundo chico menciona que entonces ingresó a la tienda y oyó varias detonaciones.
“Le dije al chamaquito que iba conmigo –‘¡Escucha, disparos!’– y me respondió –‘Si no es Navidad todavía, han de ser cuetes (sic)’–. Yo me quedé paralizado y no sé cuántos minutos pasarían, porque ya no me pude mover.
“La directora de la escuela vino por mí. Le dijeron donde estaba yo y me llevaron, pero cuando di la vuelta miré la cola del carro de mi papá. Ya había bastante gente alrededor.
“Me trasladaron a la dirección y me dieron una cucharada de azúcar para el susto. Luego pasó como una hora y me vine caminando de la calle Victoria, porque el suceso fue enfrente del colegio Victoria. Y todos los que venían hacía mí decían –‘Mira, ahí van los hijos del Battling”’–. Yo tenía a mi hermano de la mano”, cuenta el mayor.
Raymundo asegura que las investigaciones siguieron su curso, hallaron a los culpables (incluido “Chito Cano) y todos pagaron sus penas, que en aquel entonces eran de 10 a 15 años.
CÓMO SURGIÓ RIVALIDAD
Paradójicamente “Battling” Torres perdió su más importante pleito y no fue arriba del ring.
“Todo comenzó porque había habido un problema con el abuelito de “Chito” con mi hermano Jorge, que tenía como unos cinco años de edad. El niño le hizo una grosería y el señor lo golpeó, entonces mi mamá le dijo a mi papá, quien fue a pegarle. De ahí se dice que empezaron las peleas”, refiere Raymundo hijo.
“Battling” Torres le dio vuelta a la página, pero el pistolero guardaría su odio para otro momento. Tiempo después ambos personajes llegaron a encontrarse en las cantinas de Reynosa y la polémica lejos de atenuarse se profundizó.
El boxeador era bien parecido, tenía mucho dinero producto de sus combates, mientras que el poder de “Chito” Cano crecía, pero no le alcanzaba para opacar la figura de “Blattling” Torres, hasta que buscó la manera de eliminarlo, de acuerdo con su hijo.
“El mafioso ‘Chito’ Cano no fue directamente a atacar a mi papá. Pagó y mandó a matarlo. La primera ocasión que mi padre tuvo problemas fuertes con él fue en un lugar conocido como La Pelota en el año de 1969. Cinco chavos lo buscaron para dispararle.
“Aquel fue el primer atentado y se vio muy grave, pero la libró. Esa vez detuvieron a ‘Chito’ Cano y pago los gastos, pero de ahí para adelante yo empecé a ver a mi papá que andaba armado. Portaba una pistola Colt 45”, manifiesta.
“Blattling” Torres se recuperó y volvió a prepararse para regresar a los encordados, pero ya no disputaría su última pelea, programada un 10 de noviembre de 1972.
Habían transcurrido tres años del primer ataque y el deportista se alistaba para ir a una función de box a Valle Hermoso, cuando dos sujetos armados lo atacaron en Reynosa. El deportista viajaba con tres acompañantes, pero durante el tiroteo todos salieron ilesos, menos él.
“Iban cuatro en total y nada más a él le pegaron las balas. Fueron dos, una en el cuello y otra en el hígado. Estaba muy joven cuando lo mataron, tenía 32 años.
“Estuvo preso ‘Chito’ Cano por mucho tiempo, primero aquí en Reynosa y luego en Ciudad Victoria. Él fue hermano de Servando Cano, el líder de los músicos y producciones discográficas”, añade.
EL IMPACTO FAMILIAR
Raymundo chico, sus hermanos, Jorge, Yolanda y su mamá tuvieron que asumir la dolorosa pérdida.
“Nos robaron la niñez sin nuestro padre y allá está Dios que es quien va a juzgar. Yo descubrí la juventud solo. Fui un niño sin papá y siendo hijo de alguien famoso comencé a pelear a los 19 años y empecé a ganar mucha lana, amistades y todo lo que gira alrededor, mujeres, dinero, carros.
“Un mundo se te viene encima y no tenía nadie que me orientara, que me manejara. Ya no estaba ni mi padre ni mi abuelito y los demás eran lobos rapaces.
“Cuando eres alguien popular en el boxeo, lo digo por mi persona. No alcancé a serlo como mi papá, pero sí tuve un estatus. Y te quieres acabar el mundo, chavalo de 20 años y luego con fama… Aquí en la ciudad había sólo tres peleadores que llenaban la arena: era mi papá, ‘El Cubano’ Hernández y yo”, recuerda.
Yolanda Anzaldúa, viuda de “Battling” Torres, declinó hablar del tema.
“Hay veces que nos ponemos a platicar y ella se refiere a mi papá como ‘Battling’, nunca le dice mi viejo. Algunas ocaciones cuando estamos comiendo me cuenta cosas que yo no sabía, porque soy el que está más cerca de ella, mis otros hermanos viven en Estados Unidos”, pormenoriza el mayor, quien también fue un destacado pugilista alcanzando a ser tres veces campeón nacional y disputar una pelea por el título mundial.
“Aunque mi padre era el mayor deportista que ha existido a nivel Tamaulipas, no nada más en Reynosa. Donde se presentaba eran llenos totales, él tenía una cualidad muy grande de que la multitud lo seguía.
“Mi abuelito Aurelio fue quien lo descubrió desde los 13 años”, expresa su primogénito.
Y aunque después Reynosa tuvo un campeón del mundo como Néstor “El Tigre” Garza, lo cierto es que quienes conocieron a “Battling” Torres, consideran que difícilmente alguien podrá llenar sus zapatos.
En la calle Guadalupe Victoria, donde murió, las personas mayores aún recuerdan el lamentable acontecimiento. No dejan de admirarse y señalan con el dedo el lugar donde quedó uno de los mayores íconos deportivos que ha tenido la ciudad.
TABLITA
José Raymundo “Battling” Torres: Nació un 10 de septiembre de 1941 y falleció un 10 de noviembre de 1972
Peleó para el Consejo Mundial de Boxeo (CMB)
Tuvo 69 combates. Ganó 59 y 49 fueron por la vía del nocaut
Irónicamente uno de sus apodos era “El Niño Asesino”
Por su apariencia también lo comparaban con el cantante Elvis Presley