La vida está llena de momentos efímeros que quedan en el recuerdo de la gente, algunos más importantes que otros pero que tienen algo en común. Es necesario seguir teniendo más y más de esos emocionantes instantes para lograr establecer una idea en nuestra mente que perdure en el tiempo.
Calificativos llamativos como “El Gigante de la Concacaf”, “El Equipo de la década”, “El Rey del Norte” nos dan un pequeño placebo momentáneo que se esfuma cada cierto tiempo si no se refrenda con nuevos resultados, hazañas deportivas, triunfos épicos o goles magistrales que activen la sensación de que algo se está haciendo bien.
México ha perdido partidos recientes con USA y ya se cuestiona quién es el mejor de la zona.
Rayados y Tigres en etapa de transición que nos lleva a cuestionar si su lucha por ser grandes en México se detiene o se mantiene.
Cruz Azul obtuvo su primer título en años, Pumas no sale de un bache financiero que no le permite tener jugadores de calidad para mantener su estatus de grande, Chivas arrastra su prestigio mientras culpa al mercado por sus deslices futbolísticos cuando la realidad es que la cartera no dio para más.
Incluso internacionalmente Barcelona está en una etapa que hace años no vivía en la era post-Messi que refleja el mal manejo financiero y, por ende, la adquisición de jugadores de menor perfil.
Solo equipos como América, River Plate, Real Madrid, Bayern Munich han logrado plasmar una idea de juego, de contrataciones, de manejo financiero que mantenga su estatus en lo más alto del pódium de los ganadores.
Su fórmula efectiva que combina una inteligencia para elegir a sus elementos clave en la oficina, la cancha y la formación les ha permitido no sufrir el deterioro del paso del tiempo.
Entre más constantes sean los momentos de gran emoción en una institución, seguirán manteniendo la atención de un aficionado cada vez más exigente ante la amplia variedad de espectáculos hoy disponibles.
La fórmula no es complicada, siempre y cuando se sepa cómo llegaron a estar donde están actualmente, un acertijo que pocos parecen descifrar y se evidencia cuando sus mejores elementos se van o se retiran y ya no se logran los mismos resultados de antaño.
Bien dicen que cuando uno sabe cómo llegó, es fácil repetir el éxito. La suerte es un ingrediente constante cuando se le logra descifrar.
No hay mucha ciencia, si México como selección quiere volver a ser el mejor de su zona, tiene que mejorar sus procesos, competir frecuentemente con rivales de más alto nivel.
USA ya mostró que educando a sus jugadores desde temprana edad en Europa les asegura un mayor nivel físico, táctico y mental, mientras México se ha quedado en su zona de confort de la cual no saldrá con las mismas estrategias arcaicas.
Constancia, inteligencia y mucho análisis es necesario para evolucionar en nuestro futbol mexicano. La duda es si tenemos estos ingredientes o seguiremos en el mismo lugar.
Como un espectador más y desde la comodidad de mi sillón, espero un mejor espectáculo, uno con más emoción.
¡Saludos DESDE EL SILLÓN y gracias a todos los que nos leen!