Hagamos el siguiente test: ¿Cuántas rayitas, como la carga de tu celular, le pondrías al nivel de compromiso con las cosas que más te importan en tu vida?
Ahora analicemos esta frase que leí en un libro: “En 20 años serás el resultado del nivel de compromiso con las cosas que más te importan en este momento”.
O lo que es lo mismo: Dime cuáles son tus compromisos actuales y te diré quién serás en el futuro.
Y es cierto. Para llegar a cumplir todo lo que queramos en nuestra vida, es necesario tener un alto nivel de compromiso, y que los sueños dejen de existir solo en nuestra mente.
A veces decimos: “hoy no voy, al cabo un día no pasa nada”, “para qué te mortificas, llévatela tranquila”. ¡Aguas!, ese inofensivo diálogo interno puede irnos llevando día a día a ir bajando nuestro nivel de compromiso, apenas sin darnos cuenta…
Y cuando acordamos el bajo nivel de compromiso ya se convirtió en un hábito, y por lo tanto se verá reflejado en que no logremos cumplir nuestros sueños, y el entrenamiento para maratón, por supuesto, no es la excepción.
Al tener definido un objetivo en cualquier ámbito de nuestra vida será fundamental el nivel de compromiso que asumamos con este para poder tener éxito y llegar a cumplirlo.
El maratón suele ser un gran maestro a la hora de enseñar acerca de lo importancia que cobra el comprometerse con él y en la medida que nosotros lo hagamos, será el resultado que obtengamos al cruzar esa meta.
El trabajo inicia desde el momento en que decidimos correr un maratón, la fecha y la hora están concretamente desde ese punto y el tiempo comienza a correr.
Serán alrededor de veinte semanas donde cada día, cada cosa que hagamos o dejemos de hacer se verá reflejado en nuestro resultado al cruzar la meta.
Cuando corremos nuestro primer maratón no somos muy conscientes de esto, pero con el paso del tiempo vamos comprendiendo que en medida de lo que entreguemos durante este periodo de tiempo, sin duda serán los resultados que obtenemos al final.
Puede y seguramente pasará de todo durante estos meses y eso no va a detenernos, aunque existan días en que sintamos que no podemos más, que ya nos cansamos, que quizá miramos demasiado alto y deberíamos renunciar.
Pero esa es la magia de las enseñanzas del maratón, cuando lo tienes en la mira y realmente deseas correrlo, no habrá, por ejemplo, clima que te haga desistir de salir a entrenar calor, frío o lluvia nada hará que te saltes una sesión, porque entiendes que cada una esta ahí con algún propósito específico.
Cada vez que se te presente alguna dificultad, sentirás la necesidad de sacar lo mejor de ti para seguir avanzando, esto le dará también un estímulo a tu vida y terminas convenciéndote a ti mismo de que eres capaz de lograr todo lo que te propongas dentro y fuera del deporte.
Finalmente, obtendrás lo que entregaste con tanto esfuerzo y sacrificio, porque no habrá sido fácil llegar a la línea de salida, pero tendrás una satisfacción personal como ninguna otra y lo aprendido en el camino se volverá parte de tu vida para siempre.
Corredora de diferentes distancias y maratonista desde el año 2009 a la fecha, y cuenta con maratones nacionales e internacionales. Colaboró como columnista en el periódico El Horizonte.