Corría el sexenio de TOMÁS YARRINGTON RUVALCABA, el momento de la sucesión estaba cerca y ya había decidido quien sería su heredero.
Acostumbrado a manejar el poder, envió línea a favor de su Secretario General, HOMERO DÍAZ RODRÍGUEZ, personaje que era un novato en esos menesteres.
Por eso le dieron un intenso curso de política, TOMÁS hizo todo lo que estuvo en su mano para prepararlo y hasta le confió la dirigencia del PRI permitiéndole contratar a sus operadores políticos, con todos los recursos económicos y materiales.
No sólo eso, TOMÁS bajó línea a los alcaldes para que lo apoyaran con todo, lo hicieron, pero nunca lograron que creciera.
Muchos hombres y mujeres se desvivieron para formar parte de su equipo, desdeñando a otros precandidatos. Pensaban que era una apuesta segura en la que no tenían nada que perder.
Una de esas tahúres de la política era una Directora General, quien decidió lanzar todo a favor de HOMERO, su tiempo y energía lo dedicó a su precandidatura, por lo que no dudó ni un momento en abandonar su cargo para lanzarse a la aventura electoral.
La dama era la responsable de organizar muchos eventos para promocionarlo, sabía que ganaría al grado que lo presumía a los cuatro vientos, al mismo tiempo que su carácter cambiaba y se volvía pedante, cortante, altanera, sin importar a quien humillara con su trato. Ya se sentía Secretaria de la próxima administración.
Ella se encontraba en un evento en el sur de la entidad, con aquella sonrisa de triunfo, cuando alguien se acerca al presídium para avisarle que habían seleccionado al candidato a la gubernatura y se llamaba EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES.
La señora se puso pálida, no dijo nada, dejó el presídium sin escuchar a nadie, nadie supo para donde se dirigió, no pudieron detenerla.
Ella se perdió en las calles de aquella ciudad, vagó por días sin rumbo fijo, cuando la encontraron no era una sombra de aquella mujer distinguida, había perdido la razón y debieron buscar ayuda profesional por su salud mental.
Cuando las apuestas son grandes y se gana, cualquiera se pude desestabilizar, los ladrillos marean, pero la razón se pierde cuando las grandes derrotas tocan a la puerta, cuestan tranquilidad y salud mental.
Claro que hay personajes que saben vivir y bien de la derrota, como FRANCISCO CHAVIRA, quien siempre pierde las elecciones, pero termina con grandes ganancias.
Sin embargo, la historia anterior viene porque algunos colaboradores de los precandidatos de Morena pierden la calma y empezaron lanzarse ataques sin ton, ni son.
CARLOS PEÑA ORTÍZ, el alcalde de Reynosa, dijo que los de Morena recibieron dinero de SERGIO CARMONA, menos él, su mamá MAKI ORTIZ y los alcaldes de Madero, ADRIÁN OSEGUERA y de Matamoros, MARIO LÓPEZ. Todos son corruptos en Morena, menos ellos.
Pero, también con la presión de los días y cada día más cerca de la definición del candidato de la IVT, en su interior empiezan a calentarse los ánimos, descartarse los precandidatos en una pre campaña manchada con la sangre de SERGIO CARMONA, se nota la desesperación.
Por ejemplo, ayer el Senador suplente ALEJANDRO ROJAS DÍAZ DURÁN por primera vez abandonó su habitual seguridad al decir que se queda en Morena, aún y cuando RODOLFO GONZÁLEZ VALDERRAMA no sea el candidato. La presión los hace cometer errores y mandar mensajes desesperados.
Más de un colaborador de los aspirantes quedará vestido y alborotado, pero sobre todo con la necesidad de visitar al doctor siquiatra.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
Contacto:
patinadero@hotmail.com