La máxima categoría del futbol mexicano estrena campeón, con una Final en el Estadio Jalisco entre Atlas y León. La multiplicación de voces en la cobertura del domingo 12 se dejará escuchar de un extremo al otro de nuestro país y un poco más allá. Hombres y mujeres del micrófono serán muy tomados (as) en cuenta durante la presente semana. Los analistas y comentaristas se meterán a serios debates en la prensa, en la radio y especialmente en la televisión y redes sociales. No podía ser de otro modo en un deporte tan abrasador como el local, con el diseño marcado por la mercadotecnia en lugar de la calidad futbolística, pues la particularidad de su programación cada seis meses concede cierta probabilidad de ser campeones a los equipos que entran de “panzazo” a la “liguilla”, a la cual pueden acceder la mayoría de los participantes. Y esta vez, ambos contendientes lograron la concesión del gol de local a cargo del reglamento de competencia, y fueron el segundo y tercer lugar de la tabla. Es una fiesta en que el griterío en los aparatos electrónicos marca la pauta de los pronósticos y de la actuación del árbitro en tan definitivo cotejo. No importa que Televisa se haya quedado fuera de la transmisión al amarrarla Fox Sport y TV Azteca.
Todo porque a partir de las primeras décadas del nuevo milenio, el mundo vive la explosión de los medios digitales que ha impactado significativamente en la cobertura de los megaeventos deportivos, al atrapar a las audiencias masivas con gran facilidad. Así es que hoy abundan canales de you tube de quienes se dedican al periodismo y han adquirido fama en el ámbito especializado de las publicaciones impresas pero, sobre todo, de la televisión y de la radio. Por tanto, los seguidores de estas emisiones han consagrado nombres internacionales por su proyección, y en la capital de México abundan también los José Ramón Fernández, David Faitelson, David Medrano, “Perro” Bermudez, Christian Martinoli, el ex futbolista Luis García Postigo, Carlos Guerrero, Javier Alarcón, Pablo Carrillo, Enrique Burak, Francisco Javier González, Toño de Valdés, Raúl Orvalanos, André Marín, Álvaro Morales, Heriberto Murrieta y muchos etcétera. Hay para todos los gustos y para todos los disgustos, porque la tecnología revolucionó el ambiente informativo y de opinión en general, además de que las mujeres han hecho sentir su presencia, especialmente ahora que el torneo profesional femenil es un referente obligado en todo el planeta.
Pero no siempre fue así, pues todo esto tuvo un inicio que ha sido expuesto en varias investigaciones documentales de donde surge la prueba de las primeras crónicas en los periódicos y en la radio, hace casi un siglo, según Fernando Mejía Barquera, quien nos proporciona datos duros sobre esta historia en cuestión, ya que aunque la práctica de algunos deportes como el boxeo data de finales del siglo XlX, y otros como el futbol soccer existen desde principios del XX, es hasta la década de 1920 que se convierten en espectáculos masivos. A ello contribuye el hecho de que las grandes batallas revolucionarias habían concluido, aunque persistían aún pugnas de facciones y la gente podía dedicar parte de su tiempo libre a practicar deportes y asistir a espectáculos deportivos. Además, la invención de la radio comercial el 9 de octubre de 1921 por el regiomontano Constantino de Tárnava, significó una nueva plataforma comunicacional que no desaprovechó el medio deportivo, coincidiendo con la importancia que la recién creada Secretaría de Educación Pública, a cargo de José Vasconcelos, puso mucho énfasis en los planes de estudio escolares a todo lo que significara cultura física, desde la higiene corporal y el ejercicio cotidiano, ponderando los beneficios de la natación y las tablas gimnásticas colectivas que, en el caso de las mujeres, debían evolucionar hacia la danza.
En esa época, el futbol de la Liga Mayor dejó de jugarse en la capital del país en canchas sin tribunas o con un aforo muy escaso y se construyó, en 1926, el célebre Parque España con cupo para seis mil personas (en 1936 sería inaugurado el parque Asturias con capacidad para 20 mil personas y permanecería como el estadio de futbol más grande de la ciudad de México hasta 1947 en que se estrenó el Estadio de la Ciudad de los Deportes, luego llamado Azulgrana con cupo para 40 mil aficionados).
A ese interés creciente por el deporte como práctica y como espectáculo, correspondió un aumento de los espacios dedicados a esas actividades en los periódicos y su difusión en la radio. Aparecieron con crecen en los impresos las secciones deportivas, e incluso, en 1930, surgió “La Afición”, el primer diario mexicano especializado en esa materia y que aportó a varios de los mejores exponentes de la crónica deportiva como su fundador, Fray Nano (Alejandro Aguilar Reyes), experto en box y beisbol.
Investigaciones académicas dan cuenta que Francisco Martínez de la Vega y Manuel Seyde pudieran ser dos de los mejores exponentes de este tipo de crónica en la historia del periodismo mexicano. El primero, mejor conocido como analista político, fue uno de los cronistas y comentaristas más influyentes entre 1936 y 1948. En sus crónicas y su columna “Gradería”, firmadas con el seudónimo de “Pioquinto” y publicadas en “El Nacional”, criticó los excesos, errores y ansia de poder de los directivos del futbol mexicano a los que llamó “futbolistas de pantalón largo”, y registró episodios memorables como la visita de la Selección Vasca en 1937.
A “Pioquinto” se deben sobrenombres como el de los “Once Hermanos” que adjudicó al Necaxa y que volvió mítico al cuadro rojiblanco de los años treinta (Martínez de la Vega abandonó “El Nacional” en 1948, cuando el entonces director Fernando Benítez fue separado del cargo, e inició en la revista “Hoy” una larga trayectoria como analista político).
Seyde, por su parte, fue una estilista del lenguaje y realizó una prolongada carrera de más de 40 años en el diario “Excelsior”, donde su columna “Temas del día” se caracterizó por una prosa tan bella como corrosiva. Seyde, ya retirado del periodismo, fue generoso en la dedicatoria de adjetivos: “Equipos que juegan con balón cuadrado”, llamó Seyde a las oncenas centroamericanas que cuando visitaban México exhibían un futbol rudimentario y eran fácilmente derrotadas por las cuatro nacionales; y en los años setenta calificó de “ratones verdes” a los jugadores de la Selección Nacional cuando, en esta época, el equipo mexicano empezó a ser vencido incluso por equipos que jugaban con “balón cuadrado”. Como se sabe, ese sobrenombre permanece aún como estigma sobre cualquier jugador que se coloque la camiseta de la Selección Mexicana y la prensa se encarga de revivirlo y aplicarlo cada vez que el equipo tiene una mala actuación. El estilo brillante de Seyde, pero también sus fobias, están expuestas en el libro “La Fiesta del Alarido”, editado por Excelsior hace décadas.
Prácticamente desde sus inicios, en los años veinte, la radio atendió al espectáculo deportivo y taurino. En 1924, por ejemplo, se realizó el primer control remoto de una corrida de toros, en donde el locutor fue nada menos que el célebre Jorge Marrón, el Doctor IQ. Pero fue hasta los años treinta cuando las transmisiones deportivas a través de la radio comenzaron a tener verdadero impacto entre la población. En esos años destacaron en la especialidad de la crónica deportiva a través de la radio, Alonso Sordo Noriega y, sobre todo, Agustín González Escopeta quien debutó en esta actividad en 1934 y fue de hecho el primer ex jugador de futbol que se convirtió en cronista. Escopeta jugó en el club México
Otro ex jugador de la Selección Mexicana que disputó ante la de Estados Unidos el derecho de participar en el Mundial de Italia en 1934, viajó aunque no participó en el partido fue Fernando Marcos, un joven que con el tiempo se convertiría en periodista y que llegó a ser el decano de la crónica y el comentario deportivo en prensa, radio y televisión.
Don Fernando, como se le conoció en el medio periodístico, fue jugador de primera división en España durante el primer lustro de los años treinta. Retirado prematuramente en 1936 a causa de una lesión en la rodilla, Marcos se transformó en árbitro y más tarde en periodista y productor de cine. Fue también entrenador de varios equipos y de la Selección Nacional, al frente de la cual tuvo como logro principal una victoria de 2-1 frente a Inglaterra, el 24 de mayo de 1959 en el estadio de la Ciudad Universitaria. Como cronista y comentarista, Marcos asistió a todos los campeonatos mundiales de futbol, desde 1950 en que narró para México, a través de la Cadena Radio Continental, el torneo celebrado en Brasil. Son históricas sus narraciones de los partidos jugados por México en los campeonatos mundiales de Chile en 1962 y de Inglaterra en 1966. (Maestro normalista y también abogado, falleció el año 2000).
Acerca del estilo de Fernando Marcos comentábamos hace algún tiempo: “Como cronista y comentarista se distingue por su sapiencia que le dan su cultura general y su conocimiento del futbol, pero ha penetrado en una etapa de su vida profesional en la que frecuentemente da la impresión de ser autoritario y hasta intolerante, pocas veces reconoce cuando se equivoca, confía demasiado en su memoria que a veces lo traiciona, regaña constantemente a sus colegas a quienes señala, ante las cámaras y los micrófonos, hasta la mínima falla gramatical que cometen y da la impresión de sentirse una figura fundamental en la historia del balompié mexicano, ámbito en el que, sin duda, tiene méritos, pero no tantos”. (Fernando Mejía Barquera, “Crónicas de futbol: comentaristas a examen”, en El Nacional Dominical, 3 de junio de 1990, p.25).
A la par que en las corridas de toros adquieren gran presencia las voces de Paco Malgesto (aunque sabía poco de la tauromaquia) y Pepe Alameda, en los cincuenta aparece también Jorge Sony Alarcón quien crea un estilo, ligth, ameno, amable y con matices humorísticos. En cambio Ignacio Matus, en el popularísimo “Esto” se muestra mesuradoi y analístico en sus trabajos cotidianos.
Y muy pronto llegaría la televisión a acaparar las audiencias masivas con locutores en los principales deportes que dejaron huella en la crónica comercializada, pero nadie como Ángel Fernández, quien pasó de sus inicios de cronista en el besibol en los 5Os, al futbol soccer en 1961, y desde entonces ha tenido imitadores por todas partes, como el de la plaza de Monterrey más famoso, Roberto Hernández Jr., quien a su vez dejó una escuela entre cientos de colegas que hoy ponderan su estilo y genialidad para ganar adeptos, como lo ha hecho también en su entorno Antonio Nely con sus frases originales. También en Guadalajara hay voces de prosapia y gran arraigo, igual que en todas las plazas, aunque no con el renombre de los capitalinos pero sí influyentes en su propio entorno.