Cd. de México.-
Investigadores de Estados Unidos, Alemania, Brasil, India, España, Argentina y Perú se sumaron a las muestras de solidaridad con la comunidad estudiantil y académica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), quienes se comenzaron a manifestar desde hace un par de semanas por las decisiones “unilaterales” de José Antonio Romero Tellaeche, designado como director interino por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y ratificado por María Elena Álvarez-Buylla, desde el 29 de noviembre.
La Universidad de Florida, el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Columbia, el Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Kellogg Institute For International Studies, de la Universidad de Notre Dame y el German Institute of Global and Area Studies (GIGA), fueron algunas de las instituciones que emitieron misivas con su posicionamiento sobre el CIDE.
“El Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Florida se solidariza con los profesores y estudiantes del Centro de Investigación y Docencia Económicas. Esperamos que se permita que esta institución continúe con su robusta agenda de investigación y docencia. La libertad académica, el gobierno colegiado, la integridad institucional y la transparencia son precondiciones esenciales para el progreso del conocimiento”, se lee en la carta firmada por Carlos de la Torre, director del Centro de Estudios Latinoamericanos.
El GIGA expresó su “solidaridad con los profesores y estudiantes del CIDE, que defienden su derecho a disentir y a ser escuchados en los procesos de toma de decisiones de la institución, con sus demandas de libertad académica y derecho a la gobernanza colegiada. El CIDE, como centro de investigación financiado con fondos públicos, tiene una reputación mundial como una de las mejores instituciones de investigación y educación en Ciencias Sociales en América Latina. De hecho, muchos de nosotros en GIGA hemos tenido la oportunidad de participar en intercambios académicos cruciales con colegas de la CIDE y estamos preocupados por los recientes ataques a la misión central de la CIDE de excelencia en ciencia y educación”.
El comunicado de la institución alemana fue suscrito por los investigadores Merike Blofield, Bert Hoffmann, Sabine Kurtenbach, Mariana Llanos, Detlef Nolte, Gioconda Herrera, Belén González, Clara Franco, Johann Pieper y Natalia Chudoba.
El posicionamiento de esas instituciones no son los primeros, pues la crisis en el CIDE inició desde que el Conacyt designó a José Antonio Romero Tellaeche, como director interino a inicios de agosto, tras la renuncia del doctor Sergio López Ayllón.
Ya en su cargo, Romero sobresalió por haber destituido a la doctora Catherine Andrews de la Secretaría Académica, quien se negó a suspender las Comisiones Académicas Dictaminadoras (CADIs) porque ya estaban programadas con semanas de anticipación tal y como lo planteaba el reglamento.
Sin embargo, Romero Tellaeche calificó la acción de Andrews como “un acto de rebeldía”. También destituyó a Alejandro Madrazo Lajous, de la dirección del CIDE en la región centro sede Aguascalientes, por “pérdida de confianza”, esto luego de que el investigador emitiera críticas hacia la actual administración.
Además, Romero acusó al CIDE de neoliberal y señaló a los alumnos de ser únicamente “esponjas” que únicamente absorben lo que sus maestros quieren.
Frente a ese panorama, el Kellogg Institute For International Studies, de la Universidad de Notre Dame, indicó que es preocupante la estigmatización hacia “los profesores del CIDE como académicos de mente estrecha sin compromiso con la justicia social o el bienestar de la sociedad mexicana, y como profesores que solo ofrecen conocimientos sesgados a sus estudiantes”.
El comunicado fue firmado entre otros, por los investigadores Paolo Carozza, Michael Coppedge, Abby Córdova, Scott Mainwaring, Aníbal Pérez-Liñán y Guillermo Trejo.
Por su parte, el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Columbia indicó que “ha venido observando con mucha preocupación el proceso de designación del director del CIDE” y señaló que “una ciencia de excelencia, compartida y abierta al mundo, y abocada al servicio de la sociedad, puede servir como herramienta para resolver los grandes problemas que confronta México. La libertad de cátedra, la colegialidad y la transparencia institucional son cruciales para realizar ciencia. Hacemos votos por que se respeten a los docentes, alumnado y trabajadores y los procesos de gobernanza interna, no solo del CIDE, sino de todas las instituciones que realizan actividad científica en México”.
En otra carta, investigadores de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Chile y Colombia, indicaron que “es inquietante y nos consterna que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador esté tomando medidas que pueden destruir décadas de trabajo y acumulación de conocimiento, y que ponen en riesgo la independencia académica, la continuidad de los procesos de formación e investigación en un momento en el que es más necesario que nunca. Declaramos nuestro apoyo irrevocable a la necesidad de asegurar la autonomía e independencia de un centro de punta a nivel internacional que ha generado un profundo impacto en las ciencias sociales, no sólo para la República Mexicana, sino para toda América Latina y otros países del Sur global”.
Asimismo, el Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile dijo que con preocupación ha seguido “los conflictos suscitados por una designación cuestionada de su Director General y los reiterados reclamos de los estudiantes y profesores del CIDE para que se respete su autonomía y no se vulnere la libertad de cátedra, de pensamiento e investigación en la institución. Expresamos nuestro apoyo incondicional a una investigación libre de agendas políticas y de manipulación gubernamental y esperamos que prospere el llamado al diálogo que han hecho los estudiantes y profesores del CIDE a la agencia encargada de regular los Centros Públicos de Investigación en México”.