Reynosa, Tam.-
Una decepción amorosa, unas píldoras para la depresión, malestar físico, signos de sobredosis, una llamada de emergencia, esfuerzos inútiles. Llanto, mucho llanto la mañana del martes en un domicilio de la calle Flor de Lila del fraccionamiento San Valentín de esta fronteriza ciudad.
Un hombre falleció porque se le pasó al ingerir unas pastillas para no pensar, para no sufrir, pero tomó la puerta equivocada. Quedó envenenado por el mismo medicamento.
Servicios Periciales ya interviene y abrió una carpeta de investigación. Las autoridades verificarán si la víctima era apta para que le surtieran el fármaco.
Con 42 años de edad Edgar Ricardo quedó tendido sobre su cama. Le hablaron por la mañana, no respondió. Pensaron que dormía, mas no eternamente.
Era demasiado tarde. Los paramédicos solamente confirmaron sus terribles sospechas. Irremediable muerte. Luego un pesado día. Algunos curiosos, desorden en el vecindario y peritos de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE).
Fotografías de la escena, toma de huellas dactilares y la caja del medicamento vacía. Después una unidad del Servicio Médico Forense (Semefo) y un cuerpo traslado para la necropsia de ley.
El de Edgar Ricardo no es el único suicidio ocurrido en los primeros días de la semana. A las 21:00 horas del domingo un hombre de 23 años decidió colgarse de un metal al interior de su domicilio en la colonia Industrial Maquiladora. Navidad amarga, para sus seres queridos.