Rayadas campeonas y Eva Espejo segunda vez que alcanza un título,y única mujer en ganar como estratega en México.
Se coronaron en el patio más ajeno que pueden tener y devolvieron la afrenta pasada.
Tigres femenil perdió la noción de jugar como equipo y al pelotazo quiso ganar en base a individualidades, y con la suspensión de su mejor arma ofensiva no pudieron definir en tiempo regular y se acabó el reinado.
Las felinas perdieron su estilo y de la banca les acomodaron en posiciones distintas a algunas de ellas restándoles poder ofensivo.
Aún así tuvieron oportunidades claras pero faltó el último toque y la portera rival estuvo excelente al ser exigida.
Algo que me llamó la atención fue el hecho de que esta liguilla incluida final nos mostró que la inocencia del fútbol femenil se acabó. Ahora se dan con todo; si hay que pegar lo hacen, si hay que mandar al césped a alguien lo hacen, y las llegadas no a destiempo o con inocencia se acabaron por recursos propios que hasta antes de esta fiesta grade femenil solo se veían en hombres.
Ya las mujeres entraron en esa dinámica del recurso de las patadas; pasa el balón o la jugadora rival, ambas jamás.
Las agresiones también, con o sin pelota de por medio, y ni se diga lo verbal que eso también calienta la sangre.
Tigres antes de terminar ya tenía su primer refuerzo más lo que falte porque su mejor elemento en desborde se va.
María Sánchez dirá adiós pronto y había que tener la posición amarrada con antelación.
Esperemos que en Houston la extremo izquierdo juegue por su banda y no por derecha como la quisieron ubicar a la fuerza acá en las últimas semanas, y en donde no pudo dar lo que sabemos trae en los botines.
Con respecto a la luz que les apagaron en el estadio es cierto, hay protocolos y quizá con el coraje de haber caído no dieron la instrucción de mantenerlas encendidas.
Mas me llamó la atención el por qué Tigres no se quedó en el campo al término para la premiación, dejaron a su invitado solo en la fiesta cuando sí se hubieran quedado, su afición les habría apapachado.
Además, claro, demostrar deportivismo. Eso sí, no lo entendí.
Del arbitraje mejor ni digo nada porque nunca es ni siquiera regular en la femenil. Neta, les pitan como si fuera llanero.