La sabiduría popular es muy enriquecedora. En julio de 2011 se hizo muy famosa la filosófica alocución de una persona alcoholizada entrevistada para un noticiero de Nayarit que dio surgimiento a la “Teoría del Fua”.
Entre varias ideas el borrachito dio su lección para imponerse a vicisitudes de la vida: “Ya no puedo, pero voy a sacar el ´fua´, y lo voy a sacar porque tengo que dar el extra, ¡el fua!”
El fua, según él, es la acción de sacar el carácter del estómago e ir por todo. “Significa: lo voy a hacer… ¿Ya no puedo? ¿Cómo no? Y saco el carácter, la fuerza y el poder… No importa lo que hagas, lo que importa es dar el extra…”.
Hasta ayer el video se acercaba a los 11 millones de visitas. Después de todo el vulgo también sostiene que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.
Para este año que inicia sería bueno que todos saquemos el “fua” que llevamos dentro en todas las actividades que realicemos, pero más una muy especial que más de uno de seguro la ha tenido como materia pendiente cada año: la actividad física por salud.
Es común que en el comienzo de ciclos nuevos tengamos infinidad de proyectos, entre ellos la práctica de ejercicio físico metódico; lo difícil es cumplirlos. Por eso tengamos en cuenta los pensamientos del famoso borrachito, que no se apartan de fundamentos psicológicos ya establecidos.
Para llegar a una meta se requiere de actitud, mucho esfuerzo, entusiasmo y constancia. Eso dice la Teoría del Grit, esta sí reconocida, de la psicóloga Angela Duckworth, pero como vemos, nada que no esté contenido en El Fua.
“Grit” es coraje, determinación. Como teoría se le define como un rasgo de la personalidad identificado con la perseverancia y vehemencia por alcanzar metas, sobre todo de plazos largos como son tener buena aptitud física o bajar sanamente de peso.
Sus dimensiones, de acuerdo con Tortul (2019), son la consistencia de interés y la perseverancia en el esfuerzo: los individuos con altos niveles de “Grit” no se alejan de sus metas y objetivos.
Si la actividad física (AF) sigue siendo la mejor inversión en salud, pongámonos a tono con el Plan de Acción Mundial de la OMS sobre actividad física 2018-2030. Éste dice que la AF es buena para el corazón, el cuerpo y la mente, y que ejecutada con regularidad puede prevenir y ayudar a sobrellevar cardiopatías, diabetes de tipo 2, cáncer y sobrepeso.
También la AF puede reducir síntomas de depresión y ansiedad, mejorar la concentración, el aprendizaje y el bienestar en general. Tengamos presente que, cualquier cantidad de AF será mejor que ninguna; más, será mejor.
Para adultos de 18 a 64 años la OMS recomienda entre 150 y 300 minutos de AF aeróbica moderada a la semana o un mínimo entre 75 y 150 minutos de AF aeróbica de intensidad vigorosa.
El fortalecimiento muscular es complemento obligado del ejercicio aeróbico, por lo que se deben incorporar ciertos ejercicios de fuerza, coordinación y equilibrio. Preferentemente busquemos la asesoría de un verdadero profesional de la AF.
El cuerpo humano es noble y aunque nunca hayamos hecho ejercicio los beneficios poco a poco se vislumbrarán y entonces, créamelo, en este 2022 se sentirá Supermán y con mucho “Fua” o harto “Grit” para repartir en todos sus ámbitos.