En los últimos días el fútbol regio ha sorteado movimientos telúricos que han cimbrado sus raíces y han amenazado un buen arranque del torneo Clausura 2022.
El Covid-19 ha hecho mella en los equipos regiomontanos y ha desviado la atención de algo que aún tiene estupefactos a algunos aficionados: la salida de elementos plenamente identificados con sus instituciones, caso de Carlos Rodríguez, en Rayados y Katty Martínez en Tigres Femenil.
Los 12 contagiados en los Tigres hicieron olvidar de tajo lo ocurrido con su otrora atacante, que se fue del club para firmar con las Águilas del América.
En Monterrey las cosas no han sido diferentes, los seis contagiados le pusieron anestesia a la salida de un baluarte de la cantera y por si fuera poco futbolista nacido en esta tierra, Carlos Rodríguez.
De pronto, dos elementos de gran jerarquía y queridos en la entidad dejan su terruño, pero el Covid y su huella amainó su partida, calmó las heridas y minimizó los daños.
Quizá soy un melancólico que no está acostumbrado a este tipo de partidas, pero creo que Monterrey sale perdiendo con la salida de Charly.
Se me figura que volvimos al pasado, como cuando de forma inexplicable Tomás Boy, siendo DT de Rayados le abrió la puerta del equipo a Jesús Arellano para ir a Chivas y traer en su lugar al brasileño Sergio Lobo. Fue un cambio increíble, tonto, un movimiento que a la afición nunca le gustó.
Hoy estamos más o menos igual, llega Luis Romo, gran jugador sin duda, pero creo que Rayados saldrá perdiendo con el tiempo.
Carlos Rodríguez es un jugador exquisito, joven, humilde y por si fuera poco, regio, uno de esos elementos que Tigres y Rayados siempre deberían tener en sus filas.
Sí, es cierto, el canterano vino a menos pero, ¿acaso no vino a menos también Vincent Janssen? ¿A poco Matías Kranevitter ha mostrado el nivel que se le vio en River Plate? o ¿Duván Vergara es el que nos dijeron que sería?
Quizá estoy mal, pero creo que nos volvimos locos a la hora de ir por Romo y dejamos ir un jugador muy apreciado y, sobre todo, con identidad, de esos que hoy le hacen falta a Rayados.
En Tigres Femenil la que salió fue Katty Martínez, una jugadora que estaba plenamente identificada con el club, con la afición y que de pronto se marchó.
Llámenme romántico pero este tipo de jugadoras no deberían de irse nunca, se debería hacer algo para que continuaran en el club hasta que finalicen su actividad deportiva o bien, dejen de dar ese aporte de calidad y diferencia en los equipos.
En el caso de Rodríguez y Martínez, aportaban fútbol, juventud, experiencia y arraigo, por eso no estoy de acuerdo en su partida.
Sí, siempre es importante tener jugadores de refresco y calidad en los planteles, pero para mi gusto también lo es tener jugadores con identidad y arraigo.
Tiempo al tiempo.