Ciudad de México.-
El doctor Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de Atención de Emergencias de la UNAM, indicó cuáles son los criterios para realizarse una prueba de antígenos para detectar al Covid-19, ya que, con el surgimiento de ómicron y el alza de contagios, la demanda de este servicio se ha saturado y, en muchas ocasiones, se lleva a cabo cuando no es necesaria. Por ello, el médico cirujano señaló que los test han sido pensados para diagnosticar si una persona padece o no la enfermedad y no, especialmente, para justificar una incapacidad laboral o como requisito para regresar a las escuelas.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el especialista en ciencias bioquímicas expresó que la escasez de pruebas para diagnosticar el Covid-19 deriva en que la población no ha hecho caso a los criterios que dictan quién debe y quién no debe realizarse una prueba: “el problema es que nadie los respeta, esto es lo que pone en aprietos la disponibilidad de las pruebas”, detalló.
El comisionado para la Atención de la Emergencia Coronavirus agregó que las pruebas rápidas deben llevarse a cabo cuando una persona presenta síntomas compatibles con el Covid-19, como tos, fiebre, dolor de cabeza y garganta, así como disminución del gusto y el olfato, y ataque al estado general. Si se presentan tres de estos síntomas o más -recalcó el experto- es el momento para realizar un test, pero si sólo se presenta una de estas molestias no se trata, necesariamente, de coronavirus; mucho menos si no se presenta sintomatología alguna.
“No se deben de hacer en personas asintomáticas, esto no lo ha terminado de entender nadie, no tienen utilidad”, aseguró.
Rodríguez Álvarez exceptuó el caso de las personas que padecen una comorbilidad, por lo que contraer el Covid-19 los sitúan en una posición susceptible, Pese a presentar sólo uno de los síntomas o las molestias sean leves será necesario que se diagnostique la enfermedad para monitorear constantemente su estado de salud.
El integrante de la Facultad de Medicina de la UNAM señaló que en el caso que una persona se encuentre asintomática pero mantuvo contacto directo con otra persona positiva al Covid-19, debe asumir que contrajo el virus. “Por asociación epidemiológica, debe asumir que ha sido contagiada, aislarse por cinco días y, posteriormente, reanudar todas sus actividades con precaución”.
Durante los cinco días de aislamiento, la persona debe vigilar la evolución de la enfermedad; si esta es favorable y las molestias desaparecen durante este intervalo puede regresar al trabajo, pero si pasados los cinco días, la sintomatología no cesa, el paciente debe contactarse con los servicios médicos correspondientes y tomarse otros cinco días para que el cuadro de infección se resuelva completamente.
Para el integrante de la UNAM tener acceso a una prueba no es un privilegio, sino que han sido mal empleadas. “He visto pacientes que llegan con cuatro, con cinco pruebas. Y las pruebas -ahondó- no hacen ninguna diferencia en el manejo de los pacientes”.
En época invernal, como se comprobó el año pasado, a los casos de Covid-19, se suman los contagios por influenza y gripe estacional. Sin embargo, el académico de la máxima casa de estudios mencionó que no es necesario afinar el diagnóstico, es decir, diferencia entre qué enfermedad es la que se padece, ya que -por ahora- las tres enfermedades se monitorean y controlan de manera similar, a través de aislamiento, vigilar la temperatura, oxigenación y evolución.
“De uno a tres días, el paciente se podrá percatar si va mejorando o no, si no lo hace dentro de las primeras 36 horas, establece contacto directo con los servicios de salud para que se comience a dar un manejo de enfermedad”, dijo.
Si persisten síntomas como cansancio severo, incapacidad de controlar la fiebre por más de 24 horas, tos que impedimenta llevar a cabo las actividades y dificultad de respirar son indicadores que no hay mejoría de la enfermedad, profundizó.
Mauricio Rodríguez recordó, además, que “el mejor cubrebocas es el que se usa y se usa bien”; “insistir tanto en los cubrebocas de alta eficiencia lo que puede hacer ahora, es genera un gasto que las personas no puedan hacer, como comprar un KN95 todas las semanas”, consideró.
Recordó que el cubrebocas eficaz será aquel que se cubre nariz y boca, perfectamente, y se encuentre bien cerrado; no importa si este es de tela, siempre y cuando sea de tres capas. En el caso que la persona utiliza doble cubrebocas, en situaciones de riesgo, como convivir con un enfermo, la recomendación será que utilice dos mascarillas de diferentes materiales; “el de la mayor eficiencia debe colocarse cercano a la cara y arriba el de tela de tres capas”, sugirió.
Finalmente, el doctor la de UNAM señaló que antes que, en este momento, lo más importante es hacer caso a los síntomas y la asociación epidemiológico, así como romper la transmisión; que las vacunas se inoculen con las dosis de refuerzo cuanto antes, pueden inocularse luego de cinco a siete días de recuperarse de la enfermedad, no tiene que esperar más tiempo.
Y recordó que “el virus se transmite por aerosoles, no a través la comida o por pedirla a un restaurante, ni se transmite por las superficies de los productos del super; no sirve de nada lavarlos, ni los tapetes desinfectantes de zapatos, tampoco sirve de nada medir la temperatura a la entrada de las oficinas y los comercios, eso no sirve en absolutamente nada, pues sólo se gastan
recursos, hay que promover el uso de cubrebocas y el aislamiento”, recalcó.