La apariencia y el comportamiento de Américo Villarreal Anaya están en sintonía. La seriedad le caracteriza y por ende la reflexión es previa a sus expresiones, más aun así, es sorprendente la pasmosa parsimonia con que asimila los ataques mediáticos de que ha sido objeto, incluso como precandidato único del Morena para la candidatura a gobernador de Tamaulipas.
No deja de sorprender que por mucho control que pueda tener sobre sus emociones no se cimbre cuando surgen circunstancias adversas, como el “Carmonazo” o la rebelión de un prospecto y una prospecta, de lo cual se deduce que aparte de sus cualidades debe haber terceras personas que lo han estado “coucheando”, no solamente con tino, sino también con mucho poder.
Pero bueno, ya está en la antesala de la candidatura y para cuando inicie la campaña electoral ya tendrá no solamente detectados los principales problemas que son causa de desvelos en los tamaulipecos, sino también las correspondientes estrategias para resolverlos.
¿SU RELACIÓN CON MAKI ORTIZ?
En una entrevista televisada con Hora Cero externó su respeto hacia la ex alcaldesa de Reynosa, que si bien obviamente querrá tenerla como su aliada, tampoco la sobredimensionó electoralmente, lo mismo a ella que a su hijo Carlos Peña Ortiz, el presidente municipal de Reynosa, porque dijo -literal-, son solamente “dos votos”, como dando a entender que si bien en lo personal pudieran abstenerse de votar, descarta el que ambos operarán en contra de la causa morenista.
Esta conversación entre Héctor Hugo Jiménez y Américo Villarreal Anaya la pueden ver en el portal digital de HORA CERO. Está muy recomendable porque expone una faceta desconocida del hoy precandidato a la gubernatura y pone las cosas en su lugar, tanto del pasado como del presente.
En síntesis, Américo Villarreal Anaya, más allá del respaldo de Andrés Manuel López Obrador y del recuerdo de su padre Américo Villarreal Guerra, va con sus recursos personales tras la gubernatura de Tamaulipas.
SIN EMBARGO ….
Tendrá que contar con alguien que tenga la destreza política de su tío Emilio Villarreal Guerra, quien anduvo por todo Tamaulipas haciendo amarres allá por el otoño de 1986, un trabajo que luego se tradujo en una exitosa campaña del ingeniero Américo Villarreal Guerra, que si hoy el doctor no dispone de un elemento con las características del tío, a buscarlo, pues vaya que lo va a necesitar.
REFUERZOS Y ESTRATEGIAS
Como AVA tendrá muy probablemente de adversario a César Verástegui Ostos, un gladiador de la política al que conocen con el adjetivo de el Truco, remoquete que da a entender que para la praxis polaca lo mismo recurre a unas patadas voladoras que a una hurracarrana, tendrá que pedir observación aguda de parte del Instituto Electoral de Tamaulipas, ya que si el orden se descontrola, agarrar y doblar al Truco con puras quebradoras estará harto difícil.
Pero dejando la analogía del pancracio, César Verástegui es un político persistente que a su paso por la Secretaría General de Gobierno supo hacer favores, y obvio que ahora querrá invocar gratitudes. Le va a pesar la animadversión que se ha granjeado el Comandante Azul y los números conducen a esa conclusión inobjetable.
En el año 2016 Francisco García Cabeza de Vaca como candidato panista a la gubernatura obtuvo en números redondos 721 mil votos, cifra con la que le pasó por arriba al candidato del PRI, Baltazar Hinojosa, que con 517 mil votos quedó muy por debajo.
LUEGO EL DECLIVE
Pero en las elecciones municipales del año 2018, el Comandante Azul menospreció el termómetro social y no midió el nivel de molestia ciudadana. Por lo que, de 721 mil votos en 2016 disminuyeron a 418 mil en las elecciones del 2018, o sea unos 300 mil sufragios menos, lo que fue una alerta roja, pero por lo visto ignorada, porque en las elecciones del junio del año pasado los 495 mil votos para los abanderados panistas no impidieron que perdiera la mayoría en el Congreso del Estado y en 7 de las 8 principales ciudades.
En cambio el Morena ha venido teniendo un veloz crecimiento, de los 32 mil 183 votos en la elección para gobernador en 2016, llegará a la elección de junio próximo también por la gubernatura con un respaldo de casi 542 mil sufragios, que si bien la diferencia sobre los candidatos azules fue solamente de 47 mil votos, la molestia social va in crescendo por el cobro al canje de placas y otras cositas más.
AUN ASÍ ….
La dirigencia nacional del Morena, si no es que el propio Andrés Manuel López Obrador, tendrán que tomar cartas en el asunto porque la fama pública del Comandante Azul es de que si bien se pandea, no se quiebra aparte de que no siempre cumple, y con esas características no es mucho de fiar que será un imparcial árbitro de la elección.
Por ello en las filas guindas confían en que los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación antes del 5 de junio próximo resolverán en relación con la resolución de la Cámara de Diputados de eliminar el fuero constitucional de Francisco García Cabeza de Vaca, está concluido el procedimiento, y por lo tanto procede la ejecución de la orden de aprehensión que libró en su contra un juez federal en Alomoloya, Estado de México.
Una determinación que orillaría al Comandante Azul a una negociación consistente en levantar el vuelo del territorio nacional, lo que causaría el caos y por añadidura el desaliento entre las huestes panistas. Lo que sigue, sería la caída del Palacio de Gobierno.
Y es que como reza el refrán: primero son mis dientes y luego mis parientes.
¿HAY OTRA SALIDA?
Sí, y además digna, pues Francisco García Cabeza de Vaca rinde su sexto y último informe de gobierno el primer domingo de marzo próximo. Una vez cumplida esa obligación constitucional y al término de la lectura del documento, pudiera ser que anunciara la solicitud de separarse del cargo y afrontar asuntos de tipo personal, para no dar pie a suspicacias de que andará metiendo las manos en la elección y que gane el que tenga que ganar.
Pretender retener la gubernatura para la causa azul a costa de lo que sea, es tocar las puertas del infierno y como dice certero apotegma popular: no es lo mismo invocar al diablo que verlo venir.
Por lo que de conformidad con todas las circunstancias antes mencionadas, la lógica y la sensatez aconsejan al Comandante Azul no meterse en la elección de gobernador y dejar que el candidato de su partido se rasque con sus propias uñas. El problema es si podrá aguantar su proclividad a la actividad política radicando en la Casa Tamaulipas, algo que ni en el Edificio de Covián ni en el Palacio Nacional creo creerán.
Y hasta la próxima.