¡Pongan huevos!, ¡échenle ganas!, ¡les faltaron,! etc.… son las frases que escuchaba este gélido sábado pasado en el estadio BBVA. Mas allá del enojo en contra del árbitro, la afición buscaba que los jugadores mostraran actitud.
Pensando en este tema durante el partido del inspirado por la “temblorina” que sentía mi cuerpo gracias a los 5 grados Celsius y el espectáculo en el rectángulo verde brindado por 22 jugadores y, en este caso, un árbitro que fue protagonista, pensé que los jugadores se veían voluntariosos, no escatimaban esfuerzos, pero simplemente las ideas no les fluían de la cabeza hacia los pies para ejecutar jugadas que llevaran al gol.
Vino un toque de magia de parte de “Charly” Rodríguez y el gol cayó. La diferencia fue simplemente la calidad. El échale ganas o ponle huevos es un requisito inicial para ser jugador simplemente en cualquier actividad en la vida.
Es notable o sobresaliente cuando alguien tiene una actitud positiva y busca respuestas más que excusas; pero como en toda actividad, la diferencia es obvia entre quienes solamente acatan órdenes y quienes buscan innovar, hacer algo distinto e inesperado. Son estos últimos quienes mueven el mundo, para efecto práctico de esta columna, quienes mueven el futbol.
Mientras Javier Aguirre no movió el plantel, Rayados se veía chato, sin ideas, desconectado entre defensiva y ofensiva, mientras que la entrada de Erick Aguirre y Rodolfo Pizarro agregaron un toque creativo y de ataque no visto en el primer tiempo. Estos dos jugadores generaron jugadas distintas, se atrevieron a cambiar el script del típico pase lateral o retrasado que solamente desespera a la afición.
No podemos culpar al árbitro mas que de sus errores, pero la inoperancia ofensiva Albiazul es debido al esquema de juego del “Vasco” que prioriza tener dos interiores y que nunca varia del mismo; a la par la elección de quiénes son interiores es muestra del mal funcionamiento del mediocampo, tanto Alfonso González como en su tiempo ,Carlos Rodríguez, no conectaban la defensa con la ofensiva y se terminaba como ahora dando pelotazos desde la defensa.
Luis Romo puede perderse en ese esquema en el que ni defiende bien ni ataca bien; se necesita mejor acompañamiento de los laterales y conectarse con el extremo de cada lado para que así se pueda generar mayor volúmen de juego en el medio campo.
Por otro lado jugadores como Erick Aguirre, Pizarro y Gallardo han dado muestras de buscar respuestas distintas a los planteamientos rivales; buscan jugadas distintas, trasladan mas el balón en lugar del pelotazo y, sobre todo, utilizan la creatividad para intentar conectarse con sus compañeros más allá del pase obvio.
La falta de triangulaciones, paredes, movimientos al espacio para destantear al rival es evidente en este plantel; la creatividad necesita ser la respuesta ante la falta de generación de jugadas de peligro.
Si Rayados desea trascender necesita poner el dinero en la creatividad; los “huevos” ya deben venir en el morral de cualquier jugador profesional desde fuerzas básicas hasta el talento importado, no por nada se paga lo que se paga por los jugadores, pues son estos los que hacen la diferencia, tanto en la vida como en la cancha.
El Mundial de Clubes será buen parámetro para medir este factor. Si logran pasar el primer paso asiático, el nivel sudamericano y el europeo requerirán de las mejores ideas, y sobre todo, de una perfecta ejecución de las mismas.
¡Saludos DESDE EL SILLÓN!