El doctor Américo Villarreal estuvo en Matamoros. Lo recibió Mario López quien lo acompañó en todo momento y podemos decir que a nivel de precampaña tuvieron su testimonio de gloria y popularidad. Esto es un glosario de algunas propuestas escuchadas.
Estuve presente en su reunión con simpatizantes, como en su momento lo estuve con el candidato de la alianza “Va por Tamaulipas”; me pareció un precandidato disímil que cuenta con 33 años de servicio en el sistema estatal de salud y quien está convocando a una transformación política del estado dirigido a militantes y simpatizantes.
Domina la oratoria con una narrativa pausada y sencilla, su esposa igual. Está convencido que Tamaulipas es el mejor estado por varias circunstancias que mencionó, tales como la ubicación geográfica, sus recursos, su capacidad de transformación, sin pasar por alto la frontera, la costa, su refinería, los puertos y la petroquímica. Fue tajante al decir que a pesar de todas estas riquezas no se ha avanzado por falta de gobiernos atentos, honestos y austeros, que verdaderamente se dediquen a hacer la función que les corresponde para poder tener los beneficios y oportunidades que da nuestra entidad con estas características.
Un detalle que me pareció bueno como imagen, fue que se hace acompañar por su esposa en un proyecto de gran calado como lo es aspirar a la máxima autoridad del estado, pues al proyectarlo como un anhelo compartido con la familia, muchos buenos elementos que le rehúyen a la política podrán sumarse. En ese tenor, tiene un buen recuerdo de Matamoros pues dijo que aquí hizo su vida, aquí crecieron sus hijos y aquí tiene sus mejores amigos.
En la reunión con los doctores puntualizó su academia y dijo que con esa preparación pueden saber qué es lo que ya no quieren para Tamaulipas; los invitó para evitar a aquellos que se vendieron por un beneficio personal más que uno colectivo y de esta forma aprovechar la oportunidad de una transformación que se da en un modelo al que él se sumó y para el cual pide la confianza de los simpatizantes en función de los años que tienen de conocerlo como un médico íntegro y entregado.
Enfatizó en su discurso una dualidad del humanismo que es parte de su esencia, primero en el modelo político que enarbola para Tamaulipas y segundo en su vocación profesional como médico. Entendiendo como modelo humanista aquel que busca beneficio directo y sustancial para todas las personas, niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres, con la idea no solo de apoyarlos sino convencerlos para que se sumen a participar, formar y transformar este estado.
Convocó puntualmente a todos aquellos simpatizantes que quieran servir a Tamaulipas y que se consideren capaces, entusiastas, honestos y comprometidos, que son necesarios para el crecimiento del estado. Respecto a las leyes pidió a la militancia que se sume al esfuerzo para mejorarlas y con el apoyo de todos poder mandar vía las estructuras legislativas las propuestas necesarias para que funcionen mejor.
Hizo una invitación para que todos participen a construir un bienestar social, cada quien desde su ámbito de competencia brinde el mejor esfuerzo para servir, y en caso de él llegar a ser gobierno se comprometió a estar atento para escuchar el cómo se puede hacer; de esta forma el campesino, el maestro, el ganadero, el médico, el pequeño propietario y el empleado municipal harán su mejor esfuerzo para servir a la comunidad, con un salario justo y bien remunerado para que se sientan satisfechos con su labor diaria.
Querido y dilecto lector, frente a los médicos el doctor Américo mencionó conceptos excepcionalmente elevados, tales como los principios éticos y deontológicos, entendiendo estos como la parte de la ética que trata de los deberes y principios que afectan a una profesión, los cuales serán la regla de gobierno para actuar.
Dijo conocer los pendientes y retrasos que hay en Tamaulipas, y en función de eso parafraseó al alemán Rudolf Virchow, quien decía que la política es medicina a gran escala, que en lugar de atender a un ser vivo atiende a un tejido social, al cual hay que valorar, diagnosticar, escuchar, atender y certificar con exámenes y evaluación para saber si lo que estamos percibiendo es la realidad y de esa forma atenderlo óptimamente.
Su esposa, la doctora María de la Luz Santiago de Villarreal, se dirigió hacia las mujeres con un discurso muy bien articulado de seis minutos en el que las conminó a ser mujeres vitaminas y no tóxicas para poder ayudar mejor a la sociedad. Más que anhelar ser la mujer en la vida de alguien, anhelar ser la mujer de sus propias vidas. “Primero me quiero yo para poder darle amor a Américo”. Invitó a todas las mujeres a ser la vitamina para ayudar al doctor a aliviar a Tamaulipas.
Mario López calló bocas que auguraban un apoyo regateado. Parece que Américo lo entendió. Las encuestas y la realidad van de la mano en Matamoros. Esto apenas comienza.
El tiempo hablará.