El futbol suele atraer a las masas de distintas maneras.
Una de ellas, la más que edifica, la que es fuente de inspiración, porque al final los desafíos que experimenta un atleta en el escenario deportivo, se asemejan mucho a la vida misma.
Pero hay otra, una manera que puede tener un impacto demoledor: esa es la que tiene que ver con llenar vacíos personales y colectivos de una comunidad.
¿Qué es lo que lleva a un grupo de aficionados de Rayados a desquitar su furia de la manera en que lo están haciendo por la eliminación en el Mundial de Clubes?
En términos fríos, Nuevo León experimenta desafíos más importantes y trascendentales que un evento deportivo, como la inseguridad, la falta de agua, la pandemia o la crisis económica.
La diferencia es que enfrentar esos desafíos no llena una necesidad básica del ser humano, que es el reconocimiento, el sentirse valioso ante la sociedad, satisfacer el sentido de pertenencia.
En la medida de que nuestra sociedad no ha logrado satisfacer esas necesidades de nuestros jóvenes, y también, en la medida de que las redes sociales han incrementado esa necesidad de reconocimiento social, las barras y los grupos de animación, se han vuelto más atractivos.
Los líderes que manejan esas barras lo saben muy bien, o al menos lo intuyen, porque satisfacer esa necesidad se vuelve un mecanismo para manipular a quienes integran esos grupos, y siguen a esos líderes casi de manera ciega.
Entonces, es fácil hacerles creer que la derrota del Monterrey en el Mundial de Clubes es mucho más que un mero acto deportivo y que quienes provocaron semejante derrota, merecen un castigo mayúsculo.
Una responsabilidad grande tenemos los periodistas de darle la dimensión real a los espectáculos deportivos y, como sociedad, de satisfacer esos vacíos personales, para que nuestros jóvenes no tengan que llenarlos con cualquier cosa.
Ha sido reportero de Cancha-El Norte, escrito dos libros (Clásico Regio, 40 Años de Pasión; y Cien Años del Voleibol en México), ha trabajado para ESPN Radio y Televisa Monterrey, y ahora colabora en el programa Futbol de América, que se genera en Colombia.