Cd. de México.-
Desinformación y estigma social pesan en México sobre el uso del cannabis y cannabinoides con fines medicinales, mientras en el mundo, y en varios países de América Latina, se avanza en la regulación de estas sustancias y aumenta la investigación científica en la materia, aseguraron especialistas de la UNAM.
Así, Raquel Peyraube, experta en el uso medicinal del cannabis, celebró que la UNAM participe en la organización del Diplomado Internacional de Endocannabinología, pues “es la universidad más prestigiosa de América Latina, particularmente en ciencias, y es una de las tres más importantes de Iberoamérica”.
Asimismo, expresó que “México merece estar en un lugar distinto de donde la guerra contra las drogas lo ha puesto. Merecen México, Colombia y otros países de América Latina empezar a ser tendencia, evitar el colonialismo a través de la educación, generar educación y conocimiento, e invertir los términos de este binomio de injusticia y estigma”.
Reconoció que no toda la información a la que se accede, incluso de profesionales médicos, es precisa y adecuada, puesto que hay mucha desinformación.
Subrayó que en el tema de los cannabinoides se carece de evidencia, porque la investigación científica es escasa. Hasta ahora, hay muestra de beneficios de estas sustancias en enfermedades como esclerosis múltiple, quimioterapia contra el cáncer, epilepsia y patologías autoinmunes como la artritis, pero se requiere más investigación básica.
En tanto, el titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), Gady Zabicky Sirot, apuntó: “Aunque se desconoce la cifra de profesionales que realizan práctica médica con cannabinoides, hay verdadera efervescencia médica y la necesidad de consolidar una industria rigurosa y robusta sobre la cannabis”.
Resaltó además que los usos artesanales de estas sustancias con frecuencia producen contaminación, automedicación o ejercicio ilegal de la medicina, por lo que consideró que es indispensable la regulación.
* EL DATO
Los cannabinoides han mostrado beneficios en enfermedades como esclerosis múltiple, cáncer o epilepsia, pero se requiere más investigación, dijo Raquel Peyraube.