Cd. de México.-
Cuando se habla del Super Bowl, se puede decir que hay un antes y un después en este evento deportivo a partir de la edición de 1993, cuando la superestrella del pop Michael Jackson redefinió el show de medio tiempo y lo convirtió en uno de los momentos más esperados por el público, que no necesariamente tiene que ser aficionado al fútbol americano.
La NFL y la cadena CBS enfrentaban una fuerte crisis en 1992, cuando se dio una estrepitosa caída de la audiencia en el momento del medio tiempo, el 22% de los espectadores dejaron de ver el partido por falta de interés, y ni la presencia de la joven Gloria Estefan pudo retenerlos ante el televisor.
Es que antes de 1993, este espacio era llenado con bandas de marcha o pequeñas presentaciones con bandas de jazz, pero ante las exigencias del rating la televisora tuvo que cambiar de estrategia.
Su apuesta fue con una de los artistas más populares del momento Michael Jackson, quien para ese entonces estaba en medio de la gira Dangerous World Tour, debido a esto a los organizadores pusieron sus ojos en él pero les llevó tres intentos para que aceptara.
El intérprete de “Thriller” vio esto como una oportunidad de promoción y para recaudar fondos para la Heal the World Foundation (creada por el cantante en 1992, que buscaba la atención médica, condiciones de vida dignas, alimentación saludable y una educación de calidad a los niños necesitados de todo el mundo), porque la NFL no pagaba a los artistas que se presentaban en el medio tiempo, pero en esa ocasión realizó una donación de 100 mil dólares.
La NFL accedió a que Jackson estuviera también como coproductor del espectáculo, un gran acierto para ellos, porque si alguien sabía sobre cómo ofrecer impactantes shows, ese era el rey del pop y su equipo de trabajo, que entre otras cosas, pudo obtener el permiso para que ingresaran 3500 voluntarios al estadio Rose Bowl, en Pasadena, California, para el cierre de lo que sería el mejor espectáculo de todos los tiempos del Super Bowl.
La fecha de la cita llegó el 31 de enero de 1993, los equipos Cowboys y Bills de Buffalo regresaban a los vestidores con un marcador de 28-10 respectivamente, en esa pausa se montó un escenario de 360 grados en la cancha del Rose Bowl, mientras la productora Radio City Music Hall anunciaba un espectacular show, entonces en las megapantallas del lugar comenzó un conteo en retroceso.
Al llegar a cero la imagen de Michael Jackson apareció en las pantallas, que comenzaron a llenarse de humo en la parte superior, donde de un salto la imagen del cantante salió del video a lo real en dos ocasiones, gracias al uso de dobles, pero la tercera vez que esto sucedió, el interprete apareció en medio del escenario vestido de negro, lo que hacía resaltar el cinturón dorado y los ornamentos que cruzaban su pecho, además de traer puestos sus característicos lentes negros, causando de inmediato los gritos del público presente.
Durante casi dos minutos el rey del pop permaneció inmóvil en medio del escenario, pero los presentes seguían eufóricos gritando, de pronto volteó al lado izquierdo, retiró sus lentes y esa fue la señal para que su guitarrista Jennifer Batten, realizara una introducción con explosivos riffs que dieron paso a los primeros acordes de Jam, entonces cuatro bailarines saltaron al escenario, luciendo atuendos militares, para ejecutar una coordinada coreografía junto a la estrella.
Llegó el turno de “Billie Jean”, para lo cual Jackson se retiró la chaqueta y quedó luciendo una camisa blanca abierta y su sombrero negro, ahí sus clásicos movimientos de cadera y el famoso moonwalk hicieron acto de presencia. Cuadros en blanco y negro portados por voluntarios, aparecieron en la cancha, moviéndose y cambiando de posición al ritmo de Black or White, mientras el cantante iba de un lado a otro del escenario y en el estribillo se colocó en un punto estratégico, para que un viento y humo artificial cubrieran su figura logrando el efecto de estar en medio de un torbellino, y para cerrar esta parte del show, se extendieron dos mantas gigantes con la imagen de unas manos entrelazadas en blanco y negro.
Jackson recibe una bengala y de inmediato un coro de 3 mil 500 niños comienzan a cantar “We Are the World”, entonces fue el momento en que la gente de todo el estadio se volvió parte del show, cuando alzaron pancartas que dieron forma a imágenes de niños de todas las razas.
“Hoy, nos levantamos juntos en todo el mundo uniéndonos por un propósito común de rehacer el planeta y llenarnos de felicidad, entendimiento y cosas buenas. Nadie debería sufrir, especialmente nuestros niños. En estos tiempos, debemos tener éxito. Esto es para los niños del mundo”, dijo Michael Jackson antes de interpretar “Heal the World”, para lo cual el escenario se llenó de niños y detrás de ellos un globo terráqueo enorme se inflaba, actuación que puso fin a 12 minutos de un gran espectáculo que fue coronado con fuegos artificiales.
Esta fue la primera vez que el nivel de audiencia en el medio tiempo superó al del partido completo, marcando la pauta para futuras presentaciones. Este espectáculo ha sido incluido en listados sobre los mejores shows del medio tiempo del Super Bowl, como el de Billboard, Rolling Stone, CBS, por mencionar algunos.