Desconozco quien tomó la decisión de traer a Monterrey a la selección nacional femenil mayor de futbol para el juego de clasificación del jueves en el volcán. Quien haya sido, y como haya sido, tomó una de las determinaciones más justas, oportunas e inteligentes en la historia moderna del deporte en México.
Justo es que el Tri visite Monterrey en partido oficial por razones obvias. Esta ciudad y sus seis campeonatos combinados es la capital del futbol femenil de primera división, y la sede de nueve de las 23 convocadas a la eliminatoria, de las que seis son parte de Tigres de la UANL, la organización que más aportó a este combinado. Justo es que este equipo nacional tenga el apoyo de las mejores aficiones del país, que como las estadísticas muestran son las que mas asisten a los partidos de la liga femenil, incluso por encima de la liga de expansión varonil. Bravo.
Oportuno que la selección nacional femenil salga de la capital para que se vayan rompiendo centralismos arcaicos en el deporte. Los tiempos han cambiado y desde hace mucho la Ciudad de México ha dejado de ser el bastión impenetrable por su altura sobre el nivel del mar y el imponente estadio Azteca. Las metodologías del deporte actuales han avanzado en la preparación físico-atlética que facilitan adaptación y rendimiento en menos tiempo. Oportuno y emotivo es que Katty Martínez y María Sánchez regresen a la cancha del universitario jugando con México; una es la goleadora histórica de Tigres y Sánchez es una de las exjugadoras con más carisma de las felinas.
Excelente.
Inteligente ha sido darle a la selección femenil su propio espacio como referente nacional, independiente y separado de los reflectores del equipo varonil mayor, que con sus grillas, dramas e irregularidades parece estancado en un círculo vicioso. El Tri femenil, reflejo del buen cimiento que está creando a través de la liga profesional, es cierto que aún no logra consolidarse como un protagonista a nivel mundial -cosa complicada teniendo a los Estados Unidos y Canadá de rivales directos- pero con la resilencia de las seleccionadas va caminando lento, pero seguro. Inteligente ha sido la emigración de mexicanas a universidades estadounidenses y el reclutamiento de mexicoamericanas con calidad. Inteligente ha sido hasta ahora respetar la diversidad de las jugadoras, quienes a pesar de uno que otro intolerante que no faltan, parece que se sienten cómodas y arropadas expresando abiertamente sus identidades.
Fabuloso.
Aunque falta mucho todavía para que el techo de cristal se rompa por completo en el futbol femenil -mejores sueldos, prestaciones y trato institucional siguen bajos en la mayoría de los equipos-, es importante el paso que se ha dado en la descentralización justa de la selección mayor, que ahora se refuerza con la designación de Concacaf a Monterrey como sede de la eliminatoria mundialista en julio.
Alentador.
Horacio Nájera es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UANL y maestrías en las Universidades de Toronto y York. Acumula 30 años de experiencia en periodismo, ha sido premiado en Estados Unidos y Canadá y es coautor de dos libros.