Monterrey, N.L.-
La tercera edición de la Cátedra de Arte Latinoamericano Fernando Botero se inauguró ayer por la tarde en el Patio Ala Sur del Colegio Civil Centro Cultural Universitario con la conferencia “El joven maestro Botero y la búsqueda del estilo: 1948 -1963”, a cargo del investigador y curador Christian Padilla.
El interés por Padilla para iniciar una investigación en torno a la obra temprana de Botero, surge de la fotografía en donde se encuentra el artista colombiano de 27 años que posó en su estudio en Bogotá en 1959, y que ahora está por cumplir 90 años el próximo 19 de abril.
“Es una fotografía donde vemos el estudio de un joven artista de 27 años que se acababa de ganar la distinción máxima de su país: `El salón nacional de artistas´, lo cual no es común que un artista esa edad tenga una distinción de estas y menos común que a los 27 años, el artista haya ganado un galardón de ese mismo certamen a los 19 años.
“Así que estamos frente a un artista genio, y además reitero la idea de la genialidad de Botero, porque muy raras veces encontramos un artista que en una forma tan temprana encuentre un estilo, lo asimile, lo haga propio y lo haga tan conocido internacionalmente, un estilo que es conocido en cualquier esquina del mundo”, manifestó.
Sin embargo, mencionó que a sus 27 años Botero aún no gozaba del prestigio internacional, ni del éxito comercial, pero dicha fotografía de 1959 muestra obras que eran hasta cierto punto desconocidas.
“No sabíamos que colores utilizaba y no podíamos alcanzar a ver la maravilla de esta pincelada violeta que tenía para ese periodo, entonces tengo que decir que en los últimos años que he desarrollado mi investigación en torno a la obra de Botero, han permitido recuperar muchos de estos trabajos que se creían o perdidos, o que o habían sido del interés de los académicos.
“ Y este es el motivo por el cual se me ocurrió que uno de los vacíos en los cuáles podía operar mi profesión era revisar por qué el artista más famoso y uno de los artistas vivos más prestigiosos tenía una carrera en sus inicios tan desconocida”, apuntó.
Destacó que su primera investigación que fue publicada con el título” La llamada de la tierra: el nacionalismo en la escultura colombiana”, y es una revisión la primera mitad del siglo XX en Colombia y la producción de artistas que eran desconocidos porque habían sido apocados por el éxito comercial de la generación de los años 50s entre los que se encuentra Fernando Botero.
Padilla también hizo una referencia sobre las influencias que tuvo Botero, mientras se encontraba en la búsqueda de su estilo y presentó la fotografía de la obr “Camera degil sposi” (1958), una obra de 2 metros por 2 metros.
“Incluí esta imagen porque posiblemente sea una de las primeras obras maestras en la producción de Fernando Botero, con la que gana el primer premio en `El salón nacional de artistas´ y es una obra de unas dimensiones que no eran comunes en arte colombiano de esa época.
“La obra además es importante porque era la primera vez que Fernando Botero había encontrado una manera de representar la figura humana dentro de un estilo que acababa de inventar.
“Y tiene la importancia que era la primera vez que el maestro compendiaba dentro de su producción influencias que correspondan al arte prehispánico y arte popular, como las cabezas olmecas, que encontró en excavaciones y en el museo de antropología”, argumentó el historiador.
Sobre la idea del volumen en la obra de Botero, comentó que inicia accidentalmente con la pintura de una mandolina: “Naturaleza muerta con mandolina 1956”.
“Fernando Botero realiza una nueva revisión del tema del volumen y ese tema aparece por primera vez en una mandolina. Rufino Tamayo venía haciendo algunas mandolinas por ese tiempo, y posiblemente Botero se encontró con ellas en algunas exposiciones.
“Y haciendo una de esas mandolinas tiene una `serendipia´ pues de repente, mientras estaba haciendo el hueco del centro, hace un punto pequeño, y entonces ocurre que el volumen se amplia y Botero se dio cuenta de que había hecho un gran descubrimiento”, señaló Christian Padilla, egresado en Historia del Arte de la Universidad de Barcelona.
La Cátedra de Arte Latinoamericano Fernando Botero es organizada por la Facultad de Artes Visuales en coordinación con la Secretaria de Extensión y Cultura de la UANL.