Monterrey, Nuevo León
En el transcurso de los años algunos oficios han desaparecido, las nuevas modas y la tecnología han sido la cruz de entierro de muchos negocios, sin embargo, Andrés Solís Vázquez, de 71 años, se resiste a que su peluquería quede en el olvido.
El cilindro tricolor, en el que se alternan listas azules con rojiblancas en trazado helicoidal y giratorio, adorna la fachada de su peluquería ubicada en la calle Ruperto Martínez. entre la calle Dr. José María Coss y Arista Norte, en el centro de Monterrey.
Solís Vázquez, antes de convertirse en un peluquero experto de aquellos que afilaban su navaja con la ayuda de una piedra, fue asistente de albañil, boxeador en la categoría de peso Gallo y bolero, este último oficio lo realizaba dentro de una peluquería en donde adquirió el conocimiento de 14 peluqueros con solo observando cómo hacían su trabajo.
Sin embargo, el cansancio y el desgaste de sus manos que han perdido el pulso y la rapidez, lo ha llevado a pensar que tiene pocos meses para retirarse, aunque le apasione lo que hace.
“Peluqueros ya casi no hay, nos estamos acabando y pasa el tiempo, pero el desgaste de mis manos ya no me permitiría seguir, ya no tengo el mismo pulso y habilidad para continuar con el trabajo, y hay mucho”, dijo Solís Vázquez.
Pero Solís Vázquez no se quiere ir sin antes tener un aprendiz que esté dispuesto a conservar la tradición del peluquero.
“Quiero enseñar a alguien para que se quede porque tengo que retirarme, pero no quiero que se cierre la peluquería, pero si no llega nadie tendré que aceptarlo porque no somos eternos. Quisiera decirle a alguien ‘ten mis manos y póntelas para que hagas lo que yo sé y que me apasiona’ ”, comentó Solís Vázquez.
Además, reconoció que la competencia es mucha gracias a que los jóvenes pueden obtener conocimiento a través de un móvil y las herramientas modernas que ahora se usan para instalar sus barber shop, pero afirmó tener la paciencia y el cariño para enseñarle a alguien el oficio que considera que aparte de ser una “mina de oro” le ha dejado muchas satisfacciones a lo largo de su vida.