El oráculo revela que en la primavera de este año habrá una de sacudimientos políticos por Tamaulipas, que van a ocasionar convulsiones en la elección para gobernador, la que en su período de precampaña, habrá que decirlo, transcurrió sin sobresaltos, pues salvo el fuego amigo del que fueron objeto tanto Américo Villarreal Anaya como César Verástegui Ostos, bien se puede decir que no hubo acciones para el recuerdo.
Sin embargo, esa aparente tranquilidad se esfumaría si el Comandante Azul opta por afrontar el encuentro con el juez federal de Almoloya, el cual tiene rato de estarlo esperando para que escuche lo que el Fiscal dice y pide, y una vez transcurrida esa formalidad pues a ver qué resuelve el Solón.
Ahora bien, como la sentencia de la controversia por el juicio de desafuero del gobernante tamaulipeco aún no se dicta por los acuerdos dilatorios del Ministro Juan Luis González Alcántara, esa circunstancia si bien por un lado le ayuda a que concluya su período, por el otro lo pondría en la tentación de tirarle esquina al Truko Verástegui, que de hacerlo lo metería en severos problemas.
Entonces, lo sensato es que el Comandate Azul esté fuera de Tamaulipas a partir de abril y que Verástegui se rasque sus comezones. La oportunidad para hacerlo la tendrá una vez que rinda su sexto y último informe de gobierno previsto para el día 6 de marzo.
En el antedicho evento García Cabeza de Vaca podría despedirse de Tamaulipas y en medio de las aclamaciones de los paleros que se congregarían, ya bien en el recinto oficial del Palacio Legislativo, la Casa del Pueblo, como le llaman los morenos, o bien autorizar el cambio de sede, a Reynosa, por ejemplo, en el recién estrenado Centro de Convenciones.
Pero una cosa es lo que aconseja la sensatez y otra la vanidad, aunque cuando la lumbre llega a los aparejos hasta los ateos se vuelven creyentes, y tal vez el Comandante Azul opte por ver la elección de gobernador desde el graderío y sin echar porras y menos hacer señas.
Nomás que de darse lo anterior cundirá el desánimo lo mismo entre financieros que en las filas azules, y eso naturalmente afectará el accionar del Truko, pero él ha tenido la inteligente precaución de venir armando su propia estructura política electoral para que no le pase lo mismo que a Baltazar Hinojosa en la elección del 2016.
Aparte de lo anterior está la circunstancia de que en todas las encuestas que se han practicado, tanto el Morena como Américo Villarreal Anaya aparecen como punteros, y los operadores políticos saben que cuando se forma una tendencia está harto complicado difuminarla.
En síntesis, marzo es mes de fiestas primaverales y también de sucesos políticos.
LO QUE LE DOLIÓ A AMLO
El que Carlos Loret de Mola pudiera convertirse en el adalid de los adversarios del presidente Andrés Manuel López Obrador no pasa de ser un deseo quimérico de quienes no han encontrado la estrategia para desbancarlo del ánimo popular.
Porque habrá que decirlo, lo que AMLO denota le dolió es que hayan exhibido que mientras él preconiza austeridad su hijo José Ramón practica sibaritismo, aunque no sea a costa de hacer negocios con el gobierno de la 4T.
Sin embargo, el misil no dañó el nivel de aprobación ciudadana que posee AMLO, pero sí su estado de ánimo que de ser mesurado pasó a lo colérico y en esa transformación arremetió lo mismo contra Loret que Carmen Aristegui. Aunque resulta hasta comprensible la ofuscada: el hijo no comparte la filosofía del padre.
Deveras, que está solo. Pero no en la tarea de consolidar su proyecto de gobierno, el respaldo social lo impele a proseguirlo y si arriba al 2024 habiendo cumplido con el 50% de sus metas, entregar la banda presidencial a un morenista será muy viable.
A lo anterior contribuirá el que sus adversarios llevan más de tres años criticando sus programas sociales, que se descarta el que un candidato opositor enarbole la bandera de disolver esos beneficios, aunque tampoco podrán ser oferta de campaña conservarlos: nomás no le creerán.
Aun así hay nubarrones, nueve ex gobernadores de diferentes filias se reunieron en la CDMX para hablar de políticas públicas y coaliciones partidarias. Es evidente que ante la inoperancia de la oposición están preocupados, de lo cual se desprende que podrían terminar por seducir a Ricardo Monreal.
¿Y CON QUÉ OBJETO?
Pues para montarlo en el caballo de la coalición PAN-PRI-PRD, que dicho sea de paso están sin jinetes y el 2024 se acerca a grandes zancadas políticamente hablando. La Conferencia Nacional de Gobernadores se desvaneció y el anuncio de la Auditoría Superior de la Federación, de que los Estados tienen cuentas mochas por 41 mil millones de pesos los orillará a ondear la banderita blanca.
Mientras que el patético de Ricardo Anaya clama inocencia desde el extranjero. Lo dicho, están sin jinetes y el tiempo vuela.
LEY DE COMUNICACIÓN SOCIAL
En las alforjas del diputado y Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Armando Zertuche Zuani, está el proyecto de crear una Ley de Comunicación Social que frenaría el dispendio y sobre todo el libertinaje con que se ejerce el gasto en publicidad de las dependencias públicas estatales y municipales.
Es un rubro, el de Comunicación Social, en el que lo mismo gobernadores que presidentes municipales gastan sin proporcionalidad a la importancia de cada medio, como también utilizan esos recursos para financiar “plumíferos” sin respeto por el quehacer periodístico y por ende sin prestigio.
Nunca les ha inquietado lo mismo a gobernadores que alcaldes, que utilizar fondos públicos para promover su imagen política o social o denigrar a terceros se tipifica como Peculado. Y no les quita el sueño por ausencia de una Ley que regule la forma en que se va a ejercer el gasto de comunicación social.
En países europeos como Francia, por Ley el gobierno contribuye al financiamiento de los medios de comunicación -obvio que sólo con los prestigiados-, para que difundan con profesionalismo la información que recaben, o sea, la publicidad no es para que se conviertan en cómplices.
Ya se verá qué gestos hacen los diputados locales a una Ley de Comunicación Social que terminaría con la presión de los gobernantes hacia prensa, radio y televisión, por medio de ese gasto.
Entretanto, los diputados locales bien harían en darse una zambullida en el gasto de comunicación social del gobierno del Estado, así se darían cuenta como lo ejercen y sobre todo, qué tan proporcional es el pago por servicios publicitarios en relación con la importancia de cada medio.
Y hasta la próxima.