De todos es sabido que la crisis en los toros prevalece y que con la pandemia las cosas se pusieron aun mas difíciles, no obstante algunos empresarios echaron la pata para adelante y han ofrecido interesantes carteles que han motivado a que los aficionados de siempre hayan regresado a las plazas, pero la pregunta que sigue estando en el aire es ¿y cómo hacerle para generar nueva afición? ¿Y que las nuevas generaciones acudan a las plazas y se interesen por la Fiesta?
En otras épocas se vivieron momentos en los que el interés por las corridas de toros se vino a la baja, cuando la trágica muerte de José Gómez “Gallito”, el alejamiento de los ruedos de Juan Belmonte y el retiro de Rodolfo Gaona, la Fiesta cayó en un hoyo que provocó que muchos pensaran que todo había acabado y que las corridas de toros sufrirían una debacle de la que jamás se levantarían.
Luego vino la muerte de “Manolete” y se temió lo peor, pasaron los años y cuando terminó la última época dorada del toreo en México con el retiro de Manolo, Eloy y Curro la gente empezó a alejarse de las plazas y volvimos a caer en un bache que sufrimos hasta nuestros días.
Será que la afición taurina, los empresarios y los medios de comunicación ¿hemos sido en todos estos años más toreristas que toristas? Es decir que ¿hemos privilegiado más a los que se visten de luces? ¿Y aun más, seguimos añorando a las figuras del toreo de antes?
¿Y que pasa con los nuevos aficionados a los que no les tocó ver no digamos a “Manolete”, Carlos Arruza o Lorenzo Garza? Que no vieron a Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Curro Rivera o David Silveti? Tampoco apreciaron el arrojo de aquel joven lagunero que conmocionó a México, me refiero a Valente Arellano?
Si seguimos en la misma lógica que los aficionados y el mundo taurino estamos esperando a revitalizar la Fiesta cuando surjan nuevas figuras que llenen las plazas, la situación seguirá igual de compleja y quizá pasen muchos años antes de que las cosas mejoren.
¿Y porque no volteamos a ver al toro? a ese bello animal que es la esencia misma de la Fiesta, ¿por qué no destacar más en las crónicas, en los comentarios, en las charlas o polémicas el comportamiento del toro en el ruedo, difundir su genotipo, su origen, su pinta y de todo lo que representa, su bravura, trapío y raza?
De toda esta crisis podemos decir que lo mejor y más autentico que hoy en día tenemos en nuestra Fiesta es que tenemos toros, que las ganaderos siguen trabajando duro en criar a ejemplares que ofrezcan en las plazas el peligro, la emoción, la fuerza, la nobleza y con ello motiven el interés para atraer a nuevos aficionados y los que ya tenemos nuestros añitos en esto reconozcamos que la Fiesta surge del toro y que es él lo más importante y que será el toro quién mantenga viva esta tradición ancestral en nuestro país.
Será entonces tarea de los empresarios confeccionar carteles en donde se destaque más la presencia del toro, que se privilegie a las ganaderías incluso que a los mismos toreros y que con esta forma de armar los festejos, los medios de comunicación y aficionados empecemos a hablar más de lo hecho por el toro en el ruedo que de las faenas de los toreros.
Hagamos que el “encierro” sea más atractivo en los carteles, destacando su origen y la importancia de las ganaderías de las que proviene, quizá con ello se comprometa a los que hoy consideramos figuras, a que se atrevan a torear “corridas duras” con toros la edad, el peso, el trapío reglamentario y que lidien a los toros “en puntas”.
Regresemos a ver verdaderas “Corridas de Toros” quizá destacando mas al toro que al torero el público se acerque tratando de conocer, valorar y respetar lo que es y representa el bello e imponente toro de lidia.