Emmanuel Ortiz, el experimentado fotoperiodista de guerra, viajaba hoy en tren rumbo a Odesa, al sur de Ucrania y muy cerca de Mikolaiv, que está a punto de ser tomada por el ejército ruso.
El corresponsal de medios franceses, que también publica en Hora Cero a partir del octavo día de la invasión, dejó atrás Lviv (Leópolis), donde periodistas internacionales se quedaron varados y limitados para trabajar por órdenes del gobierno.
Conozco a Emmanuel desde 1993 cuando tuve el privilegio de convivir con él en el prolongado asedio a Sarajevo, durante la brutal guerra de la ex Yugoslavia.
De origen argentino y nacionalizado francés, Emmanuel cruzó la frontera con Polonia para llegar a Lviv, a 70 kilómetros de la frontera dentro de territorio ucraniano.
Ayer pude hablar con él y me dijo que el Ministerio del Interior y el Ejército de Ucrania tomaron medidas para limitar el trabajo de los corresponsales, como prohibir tomar fotos y video en instalaciones militares, aeropuertos y a civiles en las estaciones del tren donde miles de personas huyen del conflicto.
“¡Esto es una mierda!”, exclamó molesto por las medidas. Tenía el plan de viajar por tren a la capital Kiev, pero por alguna razón decidió por Odesa, al sur del país, para estar más cerca de los bombardeos y de la migración de miles de civiles inocentes que intentan huir de la ofensiva rusa.
Suerte amigo. Estás donde quisiste estar al dejar la pasividad de Normandía, Francia, donde has vivido los últimos años, pero los tambores de guerra te llamaron de nuevo.
Según el diario español El País, las tropas rusas se estarían preparando para atacar Odesa, un puerto clave en el Mar Negro.
En ese frente sur los invasores consolidaron sus avances el día anterior. No han entrado todavía a Mikolaiv, pero podrían estar concentrados ahí, preparando una operación sobre Odsesa, según agregó El País en base a la inteligencia del Reino Unido.