“Con dinero baile al perro”, esa frase tan popular pero tan lastimosa, es de uso cotidiano en nuestro querido país y su significado es tajantemente: quien tiene el dinero puede darlo a diestra y siniestra para callar bocas o comprar dignidades.
Esto es el resumen práctico de las sanciones que procedieron luego de lo acontecido el fin de semana pasado por inolvidable y penoso juego entre los Zorros del Atlas y los Gallos Blancos del Querétaro, en el estadio La Corregidora.
Mientras escribo estas líneas aún no han reconocido un solo muerto en esa trifulca que desataron los porristas o barristas del Querétaro contra los rojinegros; solo dicen de manera oficial que hay dos personas graves y los otros 20 ya salieron de los hospitales a donde fueron llevados.
En este México todo puede pasar, imagínense todavía desde 1994 tienen detenido a un tirador solitario del asesinado de Luis Donaldo Colosio y que se presume inocente. ¿A poco no creen ustedes que de esta trifulca todo va a quedar en multas leves y colorín colorado?
Bendita Federación Mexicana de Futbol y los dueños de esos 18 equipos de la LigaMx. Bien que se saben cuidar y comprar sus espacios para salir bien librados, porque otra cosa hubiera sido con alguna sanción ejemplar de desafiliación al club local por ser el responsable directo del espectáculo.
La directiva queretana fue sancionada por cinco años de inhabilitación lo cual es justo, ¿pero y los dueños del club, a ellos quien los sancionará? Será muy simple, se van a otra ciudad a buscar sus ganancias y se acabó.
Ya está Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, ofreciendo el estadio del Zacatepec para que vaya el Querétaro. Y es tan capaz de querer llevárselos para dar de pronto la sorpresa que será el dueño de la franquicia.
En cierta forma ni los jugadores ni el cuerpo técnico tienen la culpa en esta ocasión, ya que no hubo ningún conato de bronca en la cancha que llevara a una presión hasta las gradas como suele suceder en otros casos.
Querer culpar a Hernán Cristante, que como argentino usaba frases para calmar a los enardecidos seguidores a entrar al vestidor, y al final ya veían que reventaran todo afuera de la cancha, es una frase que usan en ese país, pero es con el afán de calmar los ánimos en esos momentos.
Tanto Cristante como el portero de los Gallos, y otros jugadores, se veían desesperados por calmar las aguas, pero era imposible. El pleito iba en serio y sin duda hubo un interés para armar ese pleito entre dos bandas criminales y no tanto barras deportivas.
Esperamos que realmente cambien todos los directivos en mejorar la seguridad para quien asiste a un partido, porque sin duda, aunque fue en Querétaro, esto sí va a tener sus impactos en muchas ciudades.
Como recomendación sería bueno que las directivas de Monterrey, América, Cruz Azul, Chivas y Puebla, vieran la forma de mandar un mensaje al mundo de que sus estadios y sus porras son confiables y controlables, ya que serán sedes del Mundial del 2026.
Pero conociendo a los directivos de chafos que tienen muchos de los clubes, pero sobre todo los que están en la Federación Mexicana incluyendo árbitros y todos, lo van a minimizar porque “con dinero baila el perro”, y dirán que las aguas se calmaran muy pronto.