Cd. de México.-
Aunque la Fiscalía General de la República (FGR) logre acreditar que el youtuber Chumel Torres incurrió en apología del delito, conducta por la cual es investigado, su posible condena no implica que pise la cárcel.
El pasado 14 de marzo, la senadora Bertha Caraveo informó a través de Twitter que la FGR abrió una carpeta de investigación contra el influencer, luego de que ella lo denunció por incurrir en violencia política de género.
Sin embargo, de acuerdo con la cédula de notificación que la senadora publicó en dicha red social, la Fiscalía Especializada en Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (FEVIMTRA) de la FGR abrió la carpeta de investigación por apología del delito o de algún vicio, previsto en el artículo 208 del Código Penal Federal.
Este artículo establece qué significa este delito y qué pena puede sufrir quien lo comete y ninguna de ellas implica prisión.
“Artículo 208.- Al que provoque públicamente a cometer un delito, o haga la apología de éste o de algún vicio, se le aplicarán de diez a ciento ochenta jornadas de trabajo en favor de la comunidad, si el delito no se ejecutare; en caso contrario se aplicará al provocador la sanción que le corresponda por su participación en el delito cometido”, señala el precepto.
Si, como dice el artículo, alguien cometió el delito que supuestamente Chumel Torres incitó a ejecutar, entonces sí se le puede imputar como copartícipe del mismo y en esa investigación podría tener otras penas, dependiendo de qué conducta se trate.
La senadora Caraveo fundó su denuncia en la transmisión del programa que Torres tiene en la plataforma de Youtube en el que la crítica y la denosta por defender al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su hijo, José Ramón López Obrador, por la investigación periodística en la que se exhibió la lujosa casa en la que vivió en Texas, Estados Unidos.
“Esta estúpida… ¿le dije estúpida?, quise decir tarada, es Bertha Caraveo, senadora de Morena de Chihuahua, me lleva la v… Señora, tantito más arrastrada y babosa y le crece caparazón, mija, ¿eh?