Cd. de México.-
Un tribunal de Londres emitió formalmente la orden de extraditar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos.
Eso pone su destino en manos de la ministra del Interior del Reino Unido, Priti Patel, quien decidirá si Assange será enviado de regreso a los Estados Unidos, donde enfrentará cargos de espionaje.
WikiLeaks hizo olas en 2010 después de publicar miles de documentos clasificados y cables diplomáticos enviados al Departamento de Estado de Estados Unidos.
Assange es buscado en la nación norteamericana por 18 cargos penales debido a esas filtraciones y podría enfrentar hasta 175 años de prisión si es declarado culpable.
Assange buscó refugio en la Embajada de Ecuador en Londres en 2012 y permaneció allí durante años hasta que le retiraron el asilo en 2019.
WikiLeaks: la embajada espió a Assange
WikiLeaks afirmó entonces que la embajada espió a su fundador y le tomó fotos, videos y grabaciones de audio. Fue arrestado en la embajada y el gobierno de los Estados Unidos ha estado tratando de extraditarlo desde entonces.
En enero de 2021, un tribunal británico dictaminó que no debería ser extraditado a Estados Unidos para ser juzgado porque “el riesgo para su bienestar mental y físico era demasiado grande”.
Sin embargo, el gobierno estadounidense apeló y argumentó que no tenía antecedentes de “enfermedad mental grave y duradera”.
Un tribunal de apelaciones del Reino Unido revocó el fallo anterior en diciembre de 2021, abriendo las puertas a su extradición.
Assange se unió al juicio más reciente a través de una videollamada desde la prisión de Belmarsh en Londres.
La orden de extradición fue emitida por Paul Goldspring, el magistrado jefe, quien dijo durante el juicio: “Tengo el deber de enviar su caso al secretario de Estado para que tome una decisión”.
Según el rotativo The Guardian, el lado de Assange tendrá la oportunidad de influir en la decisión de Patel al enviar al ministro del Interior “presentaciones serias” y también podría impugnar los problemas que perdió en la corte pero que aún no ha apelado.
Y es posible convencer a un ministro del Interior para que bloquee las extradiciones: la exministra del Interior del Reino Unido, Theresa May, bloqueó la extradición del hacker escocés Gary McKinnon por motivos de derechos humanos.
La activista británica Lauri Love también convenció con éxito al Tribunal Superior del Reino Unido, el cual se puso de su lado cuando apeló sus órdenes de extradición.