Desde que Pelé se convirtió en el primer jugador franquicia de la historia en 1975, al pasar del Santos de Sao Paulo al Cosmos de Nueva York, la mercadotecnia entendió, para siempre, que los jugadores no solamente tenían que meter goles, si no también venderse como mercancía.
Que Edson Arantes do Nascimento coloque suvenirs entre sus fans no es ninguna sorpresa. Sí lo es, en cambio, que un futbolista de bajo perfil, como Karim Benzema provoca, con su regreso a la Selección de Francia, un incremento del 2 mil 400% por ciento de las camisas del combinado de su país, que viste el uniforme patrocinado por Nike.
El delantero galo había estado ausente de las convocatorias del combinado nacional durante unos seis años, a causa de un desagradable incidente judicial conocido como el Caso Valbuena en el que se vio involucrado. Sin embargo, al recibir el perdón de la Federación francesa, también lo recibió del público, que lo acogió de vuelta con entusiasmo.
En la era digital y de la interacción social, donde se impone el espectáculo a la eficiencia, la fama es, quizás, el bien más preciado de un personaje que se precie de ser figura pública. Entre todos ellos, el campeón de la exposición mediática es un futbolista que, prácticamente envejeció frente a las cámaras, llamado Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro, a quien en el universo del MKT se le reconoce por la clave CR7. A sus 37 años, sin embargo, tiene una fortaleza descomunal y una agilidad de debutante, por lo que no ha perdido sus facultades para marcar goles y vender productos desde ropa interior hasta fragancias.
Pero el portugués tiene a su favor todo un equipo de difusión que lo ha convertido en una industria. Además es guapo y mediático. Y retrata excelente frente a la cámara. En cambio, hasta donde se sabe, Benzema es sólo él y su capacidad para inocular veneno cuando está frente al arco. El pináculo lo alcanza en la postrimería de su carrera. Pero hay que recordar que durante algún tiempo, Karim, que llegó al Real Madrid en el 2009, estuvo comprensiblemente a la sombra de Cristiano, que estaba en el estrellato mucho antes y quien, al llegar al mismo tiempo a la institución merengue, siempre tuvo más brillo en la cancha, porque era espectacular a raudales, a diferencia del francés, que tenía como principal cualidad, la eficiencia. Durante años pacientes el galo se mantuvo como segundón de lujo, y hasta lucía desinteresado en el juego. No es sencillo tener que desbancar a un supernova como el portugués. Pero el luso mediático se fue y le dejó el puesto al nacido en Lyon, de origen argelino, que aprovechó la oportunidad como agresividad de tiburón blanco.
Ahora, ya veterano, Benzema produce un resplandor que enceguece. Con el paso que va, figura como candidato principal al Balón de Oro. Se ha echado a la espalda al equipo completo del Real Madrid este año. Su campaña del 2022 ha sido espectacular, como de fenómeno. Entre el conjunto blanco y la absoluta francesa ha marcado en 46 ocasiones con 14 asistencias en 48 partidos.
En octavos de la Champions le anotó tres al PSG en octavos de final; cuatro al Chelsea, en cuartos; y dos al Manchester City en semis. En la Liga española, con cinco partidos por disputar en la temporada 2021-2022, va directo al Pichichi, con 25 dianas, seguido de lejos por Raúl de Tomás, del Espanyol, y Enes Unal, del Getafe, con 15.
Ha sido paciente, Karim para alcanzar la posición de honor en su carrera. Como en las buenas películas, su desenlace será en lo alto. Con 34 años, ya no tiene mucho futuro, pero se encuentra en su mejor forma y lo que está haciendo ahora ya lo ubica, este año, como el futbolista con mayores argumentos para obtener el título de mejor del mundo.
Y, todo eso, sin vender tantas camisas, como CR7.