Ciudad de México
La Iglesia católica celebra el 30 aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas de México con la Santa Sede, una fecha que resaltan, puso fin a un largo período de confrontación, que comenzó con la persecución religiosa sufrida por los católicos durante las primeras décadas del siglo pasado.
En la editorial del semanario católico “Desde la Fe”, la iglesia católica recordó que en septiembre de 1992, cuando Juan Pablo II era Sumo Pontífice, y Carlos Salinas de Gortari el presidente de México, las autoridades mexicanas y del Vaticano plasmaron su firma en un documento que ha permitido a la Iglesia caminar junto con el Estado Mexicano.
En la editorial, refirió que en aquellos años el actual Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, estaba asignado a la Delegación Apostólica en México que encabezaba el Nuncio Girolamo Prigione, y pudo presenciar y participar del intenso trabajo de negociación que precedió al acuerdo final.
En la actualidad, resaltó que tres décadas después, en el marco de la celebración de esta efeméride, el cardenal Parolin volvió a México para recordar que la laicidad no debe tener un sentido negativo, e hizo un llamado a las autoridades mexicanas a impulsar juntos “un renovado pacto de mutua colaboración, marcado por un profundo respeto de la legítima distinción entre Estado e Iglesia, un pacto basado en el principio de la laicidad”.
Recordaron que un año antes, en otro viaje a México, Parolin ofreció un mensaje junto al canciller mexicano Marcelo Ebrard. En aquella ocasión invitó a pensar en una laicidad positiva y constructiva, que no sea motivo de división, sino que respete y acoja “la valiosa contribución que las convicciones espirituales ofrecen a la sociedad”.
“El principio de laicidad ya no debe entenderse como oposición entre las esferas religiosa y secular, sino como una autonomía necesaria de compromiso y acción por el bien común”, recalcó.
Para finalizar, subrayó que con 98 millones de católicos en México, que representan el 77.7% de la población, la Iglesia Católica sigue siendo un actor fundamental en la construcción de un mejor país.