Ciudad de México
Alejandra Aragón (Ciudad Juárez) ganó el primer lugar del concurso Sony World Photography Awards 2022, en la categoría de Latinoamérica con su proyecto “Vine a La Pinta, porque me dijeron que acá vivía mi padre”, que consiste en el viaje que realizó en busca de su padre biológico.
La serie fotográfica inició en 2018, cuando Aragón ganó la beca de Jóvenes Creadores del entonces Fonca para realizar este proyecto. Entonces realizó una investigación sobre su historia familiar y emprendió su primer viaje. En junio de 2020 fue cuando concluyó el recorrido.
A través de estos dos años, Aragón recopiló fotos y archivos familiares La investigación la hizo viajar por Colorado (Estados Unidos), pues Aragón se enteró que ocasionalmente su padre migraba hacia allá para trabajar, pero terminó su búsqueda en la Sierra de Chihuahua, donde se encuentra el pueblo de La Pinta.
“Supe que estaba en La Pinta, este recorrido me sirvió para explorar las ausencias de otras figuras paternas en mi familia, de mis abuelos, mi padrastro, el papá de mis hermanos. La motivación fue el haber crecido sin una figura paterna, conocer el dolor y los conflictos íntimos que genera la ausencia de la figura paterna en familias muy tradicionales y la relación que empecé a observar en ese fenómeno por la situación en la que está la Sierra de Chihuahua”, explicó Andrea en entrevista.
La fotógrafa mexicana que se especializa en retratar la frontera, explica que esta “cosquillita” de buscar a su padre biológico surgió en 2008, cuando narcotraficantes tomaron la casa que su abuela había dejado en un pueblo de la Sierra de Chihuahua, antes de mudarse a EU. Aragón explica que la familia ahí solía pasar ahí los veranos.
“Desde que me enteré que la casa estaba tomada, fue la primera vez que empecé a rascarle al tema familiar, siempre con este vínculo íntimo. Algo que yo quiero trabajar visualmente y discursivamente es que lo personal también es político”, explica.
Tras concluir el viaje, Aragón ha reflexionado sobre la figura central del padre dentro de las familias tradicionales: “Quizás, con esta ausencia mi madre vivió presión, pero ahora pienso que con la presencia de mi padre, ella habría estado más presionada”.
La fotógrafa sí encontró a su padre, es el hombre de espaldas que sale en una de sus fotografías. A modo de conclusión, Aragón dice que adquirió más empatía hacía él al comprender las razones por las que se fue.
“Entendí que hubo una razón por la que estuvo ausente, las presiones que tuvo, que son estas presiones de la masculinidad, no es justificable, porque creo que la crianza debe ser algo compartido”.
FOTOGRAFIAR CON TÉCNICA MILITAR POR SEGURIDAD
Alejandra Aragón decidió que para este proyecto no trabajaría con una cámara fotográfica común, pues quería evitar llamar la atención durante su recorrido por cuestiones de seguridad.
“No quería que mi trabajo estuviera vinculado al fotoperiodismo o al hecho de que hubiera un proceso de investigación. Quería proteger al proyecto y a mí, porque son lugares bajo la vigilancia constante y no me interesa a las filas de las estadísticas; los riesgos en este país son reales y creo que tenemos que de alguna manera enfrentar los contextos sin miedo, pero buscando estrategias de protección”, explicó.
La fotógrafa, que ya ha expuesto proyectos en espacios como el Centro de la Imagen, recurrió a la película infrarroja, una antigua técnica militar para realizar sus imágenes. Alejandra señala que esta alternativa le permitió traducir el aspecto íntimo que quería plasmar en este trabajo.
“Evitar esa cámara me hizo aprender muchísimo porque el dispositivo establece una relación con las personas y con el contexto. Eso creo que ayudó mucho no sólo a darle una identidad visual al proyecto, sino a relacionarme de otra manera”.
La fotografía infrarroja es sensible al espectro infrarrojo de la luz, la mayoría de las cámaras tienen un filtro que bloquea este espectro. No siempre se refleja, pero donde sí es posible verlo es en donde hay clorofila, es decir, que las plantas y árboles es donde se aplicará el tono rosado del infrarrojo, explica Aragón. Además de dar fuerza a la imagen con estos colores, la fotógrafa señala que el color rosa contrasta con el matiz de la masculinidad que tiene su trabajo.
Alejandra Aragón es artista visual multidisciplinaria. Participó en el Festival de Cine Ambulante con su documental “Las Noches Invisibles”, en 2018. Fue miembro del Joop Swart Masterclass 2020 de World Press Photo y ha recibido apoyo a la producción del documental Disrupted Borders del programa If / Then del Tribeca Film Institute y recientemente recibió la Beca Border Narrative Change de NALAC.