Así que sólo 15 días y esto va a cambiar, afortunadamente todos los tamaulipecos tenemos la onza en nuestras manos, para conseguir echar a este par de bribones huérfanos, a estas lacras del infierno, a estos sapos desgraciados, a dos sanababiches.
Sólo dos semanas más y se le vendrá todo abajo, se le borrará la cínica sonrisa, para dar paso al rostro de preocupación o más bien de defec…ón, como le llaman en nuestro pueblo.
Estamos hablando de un tipo que sabe lo que trae atrás y entiende de quienes ya esperan su traspié, para así caerle encima.
Restan 15 días para que a Tamaulipas le empiece a cambiar la suerte, ¡Corregimos!, no será fario, porque aquí no es cosa de azar o casualidad, sino que más bien, en dos semanas los tamaulipecos, cada uno de nosotros en lo individual, pero en gran mayoría, habremos de labrar nuestro corto porvenir, el ansiado futuro que esperamos para todo el territorio y para nuestros hijos y nietos.
Y a la vez, con ese instrumento electoral, encaminaremos el negro porvenir para este hombre, la fortuna -o mejor sea- el infortunio que correrá este tipejo de marras, un ser abyecto que tanto agravio nos ha causado, que con tanta dedicación y esfuerzo, nos ha propinado.
Claro que entiende la que se le viene, la cual empezará a ser más nítida ya pronto, en sólo dos domingos más.
La misma noche del domingo 5 de junio, una vez que cada tamaulipeco sentencie en las urnas el futuro que espera a quien ha afrentado sin parangón a toda una entidad.
De enfermizo perseguidor implacable a enferma cabeza pronta a ser cazada, es la película que ya pronto se verá en todo Tamaulipas.
De ser hoy, casi todos los tamaulipecos temerosos y preocupados afectados de sus disparates y dislates, a la postre nos convertiremos en descansados testigos y ávidos espectadores de la debacle de tan hamponsísimo truhán.
Hoy este hombre, disparando órdenes de aprehensión a diestra y siniestra (sí, él es quien las obsequia, no en balde él es dueño del Poder Judicial y también del Poder Legislativo), sólo tiene 15 días de verdadero poder, únicamente, porque el voto del pueblo lo hará trisas, el sufragio de nuestra gente le cortará todo, de tajo.
Luego, ya lo que venga del 6 de junio al 30 de septiembre, sólo serán nimiedades de un enano mental, únicamente habrá que cuidarse por cuatro meses.
Y quizá hasta por menos tiempo, dependiendo de lo que digan los 11 Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que tiene su caso en las manos.
Ya le viene la justicia a ese quien hoy trae como “a perros del mal” a restauranteros, comerciantes, profesionistas e industriales de Nuevo Laredo, de Matamoros, de Reynosa, de Ciudad Victoria y de Madero, enviándoles a todas sus autoridades del estado -fiscales, sanitarias, judiciales, de seguridad pública y todo lo que pueda infundir miedo y causar perjuicio a la gente que se la rifa por Tamaulipas-, sólo porque no comulgan ni con él, ni con su partido.
Hoy quien atropella todo lo que quiere, el que embarga lo que le viene en gana en los principales puntos del estado, gobernados por Morena, mañana las va a pagar todas juntas.
PERO HAY QUE VOTAR
Los habitantes de Tamaulipas tienen en la boleta electoral el remedio para todos sus males como ciudadanos agraviados, como habitantes perjudicados.
No hay que olvidar que este tipo nos va a dejar una deuda de más de 17 mil millones de pesos, sólo los empréstitos generados durante su sexenio, no los que ya veníamos arrastrando de pillos anteriores.
Una gigantesca joroba económica que habremos de pagar todos nosotros, no él.
Grosera cantidad de dinero que no se ve a dónde haya ido, tesoro que no lo vislumbramos aterrizado en los 43 pueblos.
Sin dejar de lado la política cobrona, de no eliminar el reemplacamiento vehicular, de aumentar los permisos en licencias para la operación de negocios, y así otros cobros de derechos y obligaciones, siempre lastimando el bolsillo del pueblo, lo mismo al ciudadano humilde que al empresario que le apuesta al territorio, que genera empleo y que paga sus impuestos.
Tampoco podemos echar en saco roto las negligencias y lo nefasto que ha sido, al grado de dejar un Sector Salud muy enfermo y una reprobada calidad en la instrucción y en la Educación Pública.
Pero nos estamos desviando del tema, dejemos a un lado lo malo como sinónimo de nefasto e incompetente, volvamos a lo malo, de malandrín, de mañoso, de agresor, represor, de dañino.
Si no votamos, esto seguirá igual, vendría su mono de teatro guiñol, un tipo sin sesos al que sin duda le metería la mano por atrás, como a muñeco de teatro guiñol, para manejarlo a su antojo y seguir haciendo y deshaciendo por seis años más en Tamaulipas, para terminar apoderándose de todo y de vender lo que se pueda.
Así que sólo 15 días y esto va a cambiar, afortunadamente todos los tamaulipecos tenemos la onza en nuestras manos, para conseguir echar a este par de bribones huérfanos, a estas lacras del infierno, a estos sapos desgraciados, a dos sanababiches.
P.D. No es opción el no ir a votar dentro de dos semanas, para así sacar a quien tanto daño nos ha hecho (Goberladrón y secretario de Desgobierno), a quienes tienen perjudicado a todo Tamaulipas, porque lo empeñaron, lo vendieron, lo rentaron, se quedaron con mucho y hasta sacaron préstamos para sus bolsillos. Votemos inteligentemente o nuestros hijos nos lo demandarán, los nietos con justa razón, nos lo reclamarán.