La encuestadora Hora Cero, una de las más certeras de México, establece que las preferencias electorales para la elección a gobernador de Tamaulipas, las tiene por muy amplia ventaja el candidato común de Morena, Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el doctor Américo Villarreal Anaya.
El estudio demoscópico dado a conocer a pocos días de la elección a la gubernatura de Tamaulipas, revela que la ola Morena luce imparable y su candidato Villarreal Anaya llegará con una amplia ventaja de 2 a 1 a los comicios del domingo 5 de junio.
El ejercicio de opinión evidenció que el candidato de la alianza “Juntos Hacemos Historia en Tamaulipas”, formada por Morena, PVEM y PT, tiene el 52.6 por ciento de la intención del voto bruto de la ciudadanía.
La preferencia electoral por el doctor se eleva hasta 61.1 por ciento si toma en cuenta el sufragio efectivo, es decir, sin contar a los indecisos o los que señalaron que no acudirían a votar.
En un lejano segundo lugar se ubicó el candidato de la coalición “Va por Tamaulipas” del PAN-PRI-PRD, César “El Truko” Verástegui, quien apenas obtuvo el 25.1 por ciento de la intención bruta y 29.2 efectiva.
En tercer lugar de las preferencias quedó el candidato de MC, Arturo Diez, con el 8.3 por ciento de las menciones brutas y 9.6 efectivas.
Por partidos, Morena y aliados también arrasaron en la intención de voto rumbo al 5 de junio al tener la simpatía bruta del 54 por ciento de los entrevistados y 62.7 efectiva.
La coalición de Américo Villarreal aplastó a la tricolor-albiazul-amarilla, que apenas consiguió el 25.2 por ciento de la preferencia bruta y 29.3 efectiva.
El partido naranja se quedó con el 6.9 por ciento de la simpatía bruta y 8 porciento efectiva.
Más menos, otras encuestas serias, establecidas en el mercado, no mandadas a hacer a modo, apuntan algo muy similar a la encuesta de Hora Cero.
Es decir, hoy por hoy, digamos a ocho días de la elección a gobernador, el candidato del representante del ejecutivo estatal Francisco Javier García Cabeza de Vaca no gana, se perfila, como aparece desde el arranque de las precampañas, y desde antes de éstas, para un lejano segundo lugar.
Los factores, naturalmente son varios, desde el desgaste del propio actual gobernador panista, su desafuero, que este próximo 1, 2 o 3 de junio podría definirse, si procede o no (que dicho sea de paso es otro tema), la reputación del gobernante, la del PAN, la de su candidato César Augusto Verástegui Ostos (de su apodo el Truko, luego hablamos) la alianza con el PRI de Alito Moreno, y todo lo que esto conlleva, así como esa, también extraña unión con lo que queda del PRD tamaulipeco.
Eso en lo que hace a ellos, los panistas hoy unidos a los priistas y perredistas.
Pero algo que también influye en el rezago de la campaña del Truko es el aval que tiene actualmente por estos lares el presidente Andrés Manuel López Obrador, su cuarta transformación y la figura y hoja de vida de Américo Villarreal Anaya, hijo del exgobernador Américo Villarreal Guerra, médico con título, especializado en cardiología, senador con licencia que llegó por mayoría de votos en 2018 a la Cámara Alta.
El inminente triunfo de Morena se comienza a gestar también un año atrás, cuando ganaron la mayoría de los distritos locales al renovarse el Congreso del Estado, y al obtener 7 de las 8 alcaldías más importantes del estado. Solo perdieron Tampico, pero hoy ahí van muy arriba en las encuestas.
En efecto, el año pasado Morena y PT le arrebataron al PAN Nuevo Laredo, Reynosa, Río Bravo, Ciudad Victoria y Altamira, mientras que los matamorenses y maderenses reeligieron a sus alcaldes morenistas.
Además de esas 7 municipalidades de peso, Morena-PT ganó cinco municipios más. El PAN pudo retener Tampico, Ciudad Mante y algunos otros municipios del Estado.
Y aunque la 4T tiene solo 12 de los 43 municipios, gobierna desde hace un año al 74.01 por ciento de los electores del estado. El PAN, con 24 municipios gobierna al 23.22 por ciento del padrón electoral.
En otros datos, si el PAN y sus aliados ya pintaban para no ganar, todo indica que la injerencia directa y abierta del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca en el proceso electoral para tratar de frenar el avance de Morena y sus aliados, o para ayudar a su candidato, de nada le sirvió. Quizás le restó.
Porque fue cierto, para todos tuvo. Les echó encima a los morenistas y aliados a la de por sí desprestigiada Fiscalía, y pidió ordenes de aprehensión que sus jueces obsequiaron sin pestañar en contra de alcaldes, líderes sociales, activistas, sindicalistas y hasta simpatizantes de la alianza Juntos Hacemos Historia.
Concretó algunos arrestos, a otros los sigue persiguiendo y muchos de sus objetivos solicitaron amparos en la justicia federal, todos argumentando ser objeto de persecución y de falsas acusaciones.
Esto se da en el contexto del tema de su desafuero, cuya procedencia o no será determinado por la Suprema Corte de Justicia en sesión que iniciará el día 1 de junio y podrá concluir ese día o posteriormente, a horas de que acudan a las urnas los tamaulipecos.
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) discutirá las controversias constitucionales sobre el desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca y la orden de aprehensión girada en su contra.
El listado de los asuntos establece que los proyectos de los casos 50/2021 y 70/2021 serán abordados para análisis en la sesión pública a cargo del ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
La controversia 50/2021 establece que el actor es el Poder Legislativo del Estado de Tamaulipas y como demandado está la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. El acto reclamado por la pasada legislatura de mayoría panista es el desafuero que dictó la cámara federal el año pasado, mismo que no fue acatado por el Congreso Local.
El caso 70/2021 es vinculante con la anterior y aborda la orden de aprehensión en contra del gobernante panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca. Aquí también el actor es el Poder Legislativo tamaulipeco.
De acuerdo con especialista en Derecho Penal, las controversias que definirán la suerte de Cabeza de Vaca tendrán que desahogarse en la sesión del miércoles 1 de junio, la cual no necesariamente concluiría ese mismo día, dado que al tratarse de una agenda en la que se verán más de 30 casos, las actividades podrían incuso dos días después.
Para muchos el desafuero de Cabeza de Vaca es un hecho, pues así lo determinó hace más de un año el Congreso Federal, aunque hay quienes dicen que la Corte podría apelar a la posición de uno de sus ministros, en el sentido de que podrían dejarle el fuero y juzgarlo hasta a partir de 1 de octubre, cuando concluye su mandato.
Esto está por verse, y aunque incidirá en el comportamiento del gobernante panista, el gobernante sabrá cómo actuar, él sabe si incendia el estado, o deja en paz la fiesta democrática en un estado azotado de por si por la violencia.