Los Angeles, E.U.-
Un jurado otorgó este miércoles a Johnny Depp más de 10 millones de dólares en su demanda por difamación contra su exesposa Amber Heard, reivindicando su postura de que Heard inventó que sufrió abuso a manos de Depp antes y durante su breve matrimonio.
Aunque el jurado también determinó que el abogado de Depp difamó a Heard cuando calificó sus acusaciones de abuso como un engaño y le otorgó 2 millones de dólares en daños, y más allá de la sentencia, el juicio, y la forma como Heard fue tratada en las plataformas sociales, son considerados por analistas como un ataque directo al movimiento del MeToo, por el que mujeres víctimas de acoso, abuso por parte de hombres han salido a denunciar a sus victimarios en público y, en gran medida, en las redes sociales.
“La reacción pública al juicio de Johnny Depp y Amber Heard es como se ve la reacción en contra del MeToo”, consideró Martha Gill en un artículo de opinión para The Guardian.?”La idea de que Heard es una manipuladora, una fantasiosa y una maltratadora se ha extendido por todas las redes sociales y algunos medios más tradicionales”.
Todos los elementos sexistas que se han utilizado para humillar y desacreditar a las acusadoras se han desplegado contra ella a gran escala. Recrear su testimonio de violación y abuso se ha convertido en un juego en TikTok. Se han burlado de ella en Saturday Night Live y en Chris Rock (“Creer a todas las mujeres, excepto a Amber Heard”) y en Lance Bass de ‘N Sync”, continuó.
Marilyn Manson demanda a su exposa por difamación
No es la única. Michelle Goldberg, columnista de The New York Times, señaló, días antes de la sentencia, que “si Depp gana de algún modo, cabe esperar demandas similares contra otras mujeres que dicen haber sobrevivido a abusos. El cantante Marilyn Manson entabló una demanda por difamación contra su exprometida Evan Rachel Wood, una de las varias mujeres que lo acusaron de violencia sexual”.
¿Por qué? Goldberg menciona en su artículo, titulado Amber Heard y la muerte del #MeToo, que la actriz “está muy lejos de ser una víctima perfecta. Eso la convirtió en el objeto perfecto de una reacción al movimiento #MeToo”.
Una reacción que, por otro lado, se veía venir, ante la amenaza que sentían los hombres de terminar siendo denunciados por alguna mujer.
“Este juicio televisado ha dado lugar a una explosión de odio y burlas dirigidos contra ella… En internet, hay un nivel de acoso a escala industrial dirigido a Heard que eclipsa los ataques anteriores en las redes sociales”, dijo Goldberg.
“¿Por qué parece que todo internet es parte del equipo de Johnny Depp?”, cuestionó el canal de noticias Vice News.
“Los comentarios en el livestream del juicio se refieren a Heard como un ‘monstruo’. Los espectadores, muchos de ellos anónimos, la acusan de ser ‘manipuladora, calculadora y, muy posiblemente, una estafadora’, así como de ‘llorar de mentira’. Otros se burlan de su pelo y su ropa de juzgado, y la llaman ‘bipolar’”.
Comentarios que se repiten en las redes, incluyendo Instagram, Twitter, TikTok, así como en YouTube.
A decir de Poramanda Hess, “los canales de YouTube aparentemente inofensivos y las cuentas de TikTok dedicadas a comentarios legales o análisis del lenguaje corporal se han convertido en masa en contenido proDepp”. Así lo señaló en un artículo titulado “La máquina de odio de TikTok contra Amber Heard”.
No sólo es internet. “Créanle a todas las mujeres, excepto a Amber Heard”, bromeó hace poco Chris Rock.
Relación tóxica
Si bien es cierto que se trata de un caso complejo, en el que la propia Heard reconoció haber golpeado a Depp y en el que se han evidenciado los efectos de una relación tóxica, el odio anti-Heard parece tener algo más de fondo: el resentimiento generado por el movimiento que dio voz a las mujeres en contra de la violencia contra ellas, del machismo, de los abusos.
Vice recordó un correo electrónico que recibió en el que un lector llamaba a Heard “perra loca” y decía sarcásticamente: “Porque tiene una vagina y Depp un pene, la mujer debe tener razón. ¡Crean en todas las mujeres!”.
“Parece haber un frenesí misógino más amplio, propio del momento profundamente reaccionario que vivimos”, lamentó Goldberg en el New York Times.
Que haya mujeres sumándose a la lapidación de Heard no ayuda. Y la razón es siempre: Heard es una víctima “imperfecta”.
No es una mujer que pueda pasar por sumisa, que no tenga errores. A lo largo de su relación con Depp ha manifestado tener muchos problemas. Sólo que, a decir de Gill, las mujeres están olvidando que “el proyecto de #MeToo –su punto, de hecho- era ayudar a las víctimas imperfectas. Aquellas que llevaban lo que no debían, o estaban borrachas, o eran promiscuas, o amaban a su agresor, o habían infringido la ley anteriormente, o habían mentido antes, o tenían mal carácter, o parecían ‘un poco locas y un poco zorras’, como describió una vez David Brock de forma memorable a Anita Hill, quien testificó durante las audiencias de confirmación de Clarence Thomas en el Tribunal Supremo de Estados Unidos en 1991. De hecho, las víctimas perfectas nunca han necesitado el feminismo, en parte porque apenas existen”.
En ese sentido, Gill señaló que “tanto si las acusadoras de Heard se dan cuenta de ello como si no, poner a las ‘malas’ víctimas en contraposición a las ‘auténticas’ es un método muy eficaz para desenmascarar el #MeToo. Sólo el raro misógino admite abiertamente que no cree a las mujeres. Su objeción siempre ha sido sólo para esta perra, que está mintiendo”.
Hess advertía al final de su texto que “cuando termine el juicio [de Depp y Amber], la elaborada campaña de base para difamar a una mujer permanecerá, ahora con una base de apoyo enchufada y un libro de jugadas de acoso probado en el campo. Todo lo que se necesita es un nuevo objetivo”.