Cuando un resultado se repite una y otra vez deja de ser casualidad, para convertirse en un patrón.
Quizá los dirigentes albiazules esté fallando en el perfil de los jugadores que eligen y al no crear un entorno institucional que propicie el hambre de triunfo, y rebeldía ante la adversidad.
Veamos por el retrovisor en la historia reciente de Rayados:
Apenas el lunes pasado, las Rayadas perdieron ante Chivas de Guadalajara, el partido de Campeón de Campeones de una manera que nos hizo recordar otras eliminaciones recientes en la institución albiazul.
Las Rayadas de Eva Espejo perdieron en penales. Fallaron sus tres disparos desde los 11 pasos.
Apenas semanas atrás, los Rayados varonil habían sido eliminados por el San Luis, en el Repechaje, también en la serie de penales.
La cadena de fallas individuales en los momentos clave han venido provocando descalabros muy dolorosos desde el Clausura 2016.
En la Final del Clausura del 2016, Edwin Cardona falló un penal y Édgar Castillo falló en la marca, en la jugada donde Víctor Guzmán anotó el gol, que permitió al Pachuca coronarse.
Después Avilés Hurtado voló su penal ante Tigres, en la Final Regia del 2017, y Hugo González cometió errores en los goles felinos de ese duelo.
Y así nos podemos ir aumentando la lista, en una Liga ante Cruz Azul, las fallas del portero, o en otro Repechaje ante Santos, fallas de marcación, en el momento clave.
Tal parece que los dirigentes rayados se han equivocado en el perfil de los jugadores y en crear un entorno que favorezca el hambre de triunfo, de salir adelante ante todo y contra todo.
Increíble, pero creo que el jugador que sí tiene esa sangre es el holandés Vicente Janssen, con todo y sus fallas.