A veces es necesario volver a nacer, porque no podemos seguir siendo la suma o el producto de lo que hasta ahora hemos sido. Porque no basta con solo un trabajo de “enderezado y pintura”. A veces es necesario dejar todo lo que fuimos y dejar ser a quien no ha sido aún.
Porque hay experiencias que llegan cuando ya no las necesitamos y aprendizajes que llegaron muy tarde, cuando el daño está hecho, cuando se ha llegado al punto de no retorno o cuando ya no hay remedio….A veces es necesario volver a nacer, quizás porque hemos estado ya mucho tiempo, como muertos en vida….como zombis.
A veces más que un cambio, más que reinventarnos, necesitamos una metamorfosis…desearíamos envolvernos en un capullo y poner a dormir al alma y al cuerpo, en un sueño profundo y sin recuerdos, sin memoria de gusano. A veces, necesitamos algo más que sólo perdonarnos, más que purgar nuestros pecados. Necesitamos ponernos en pausa, larga y letárgica.
A veces necesitamos volver a nacer sobre la marcha; parirnos a nosotros mismos como soldaderas de la Revolución, a campo traviesa…sin detenernos, porque la vieja vida nos arrastra. Pienso en las víboras que dejan el saco de su antigua piel vacío, como un zurrón fantasmal.
A veces es necesario volver a nacer porque lo que somos ya no puede ser más. Porque somos ya no nos quiere, no nos siente, ni nos entiende. De pronto ya no cabemos en lo que hasta ahora hemos sido.
Necesitamos volver a nacer para olvidarlo todo, para reaprenderlo todo. Necesitamos volver a nacer para que el nuevo ser no tenga que cargar con el viejo…para que surja ligera, para que tras el desgarro podemos verlo todo, con nuevos ojos, con otra perspectiva, desde otro ángulo; con sentimientos nuevos, con pensamientos frescos, con otro espíritu. Volver a nacer no es volver a empezar…es solo empezar.