Hoy me molesta que me molesten tantas molestias; me molesta lo molesto que puede ser molestar a los molestados que se encuentran molestos.
Hoy me molestan la irresponsabilidad, el “valemadrismo”, el que a los demás les dé lo mismo una cosa u otra, y no es que me preocupe en exceso por mis prójimos, pero me molesta cuando estoy involucrada en ello.
Me molesta la sociedad, esa que vive en su burbuja, ajena al mundo real, pero cuando su burbuja se revienta se queja de todo y de todos, olvidando que nunca se preocupó por lo que estaba más allá de sus “narices”.
Me molesta el cómodo, el que la pena le viene “guanga”, que navega con bandera de pen…tonto para cometer actos que le convienen, cuando le convienen, sin inmutarse por sobrepasar los límites.
Me incomodan los descerebrados, los que tienen la realidad frente a sus ojos, pero su fanatismo no les permite aceptar que su figura idolatrada está mal, que sus guías no los están dirigiendo acertadamente, me molesta su “borreguismo”, su falta de criterio, su falta de pensamiento propio.
Me choca el egocentrismo, aquellos que se creen el “ombligo del mundo”, que creen que todo gira en torno a ellos y se adjudican todo lo que ven, que entienden que los mensajes van dirigidos hacia ellos, que todo asumen propio… de “hueva”.
Me molestan mucho los ajenos, aquellos que no son empáticos, que piensan “mientras no me afecte a mí, me vale madre”, ¡guey si te afecta!, estamos todos en el mismo barco, y este barco se hunde, y al hundirse mi lado se hunde el tuyo también.
Me molesta que hoy me moleste más todo; que lo molesto lo sea excesivamente más este día; que el molestar se haya vuelto tan fácil que mi día haya logrado ser molestado.