Y finalmente, lo que Wimbledon no quería que sucediera, terminó por pasar…
Cuando los organizadores del torneo Grand Slam más prestigioso del mundo impidieron la participación de jugadores y jugadoras rusos y bielorrusos, su intención era no darle motivos a Rusia de celebrar en Londres.
Pero no contaban con que una jugadora nacida en Moscú y que vive en esa ciudad junto con toda su familia se iba a coronar, aunque representando a otro país.
Esta es la historia de Elena Rybakina, de 23 años y quien consiguió su primer título de Grand Slam el sábado pasado venciendo en la Final a la tunecina Ons Jabeur.
Nacida y criada en Moscú, donde todavía reside, Rybakina no habría sido invitada a este torneo si hubiera conservado la nacionalidad rusa.
En abril, Wimbledon anunció la prohibición de jugadores de Rusia y Bielorrusia como protesta por la invasión rusa de Ucrania, quitándole la oportunidad de jugarlo a 11 de las 100 mejores jugadoras del mundo.
Sin embargo, allá por junio del 2018, Rybakina siguió una minitendencia al cambiar su nacionalidad tenística a Kazajistán, la ex república soviética en Asia Central que se independizó en 1991 y comparte 4 mil 750 millas de la frontera con Rusia.
En esas situaciones, Kazajistán ofrece nacionalidad, dinero y excelentes instalaciones de entrenamiento a jugadores de otros países, en particular a jugadores de Rusia que podrían carecer de financiamiento suficiente, como le sucedió a Rybakina.
Sucedió con Mikhail Kukushkin, quien calificó en Wimbledon y perdió en primera ronda; con Yulia Putintseva, y con Alexander Bublik, quien ocupa el puesto 38 y jugó este evento y perdió en la tercera ronda.
En este escenario, Rybakina aceptó una millonaria propuesta de la federación kazaja de tenis encontrando el apoyo que no recibió en su país natal.
Pero eso no impidió que el polémico presidente de la Federacion Rusa de Tenis celebrara el triunfo de la jugadora a la que no le dieron el empuje suficiente para destacar en el tenis.
“¡Es formidable! ¡Bien jugado, Rybakina! Hemos ganado el torneo de Wimbledon”, reaccionó Shamil Tarpischev en sus redes sociales tras el triunfo de la jugadora.
Rybakina fue entrenada en Moscú por el excampeón ruso Andrey Chesnokov, hasta ser la número tres mundial en categoría junior.
Su triunfo representará un gran impulso para Kazajistán, un país que no tiene mucha tradición en el tenis, pero que ha sabido aprovechar las oportunidades para rescatar jugadores que no encuentran apoyo en su país de origen.
Finalmente, Rusia festejó de alguna manera en Wimbledon, un triunfo que podría no haberse presentado en caso de que Rybakina hubiera continuado jugando por su país.