Monterrey, N.L.-
La distancia entre los Kansas City Chiefs y el resto del Oeste de la Americana sigue siendo tan grande como siempre. Con la victoria del lunes 30-29 sobre los Raiders de Las Vegas, los Chiefs mejoraron a una marca de 4-1, ampliando la diferencia con un récord de 16-3 contra los chicos malos, todo esto desde que Andy Reid asumió como coach.
Sin embargo, las circunstancias fueron apretadas, Josh McDaniels y los Raiders cayeron después de una conversión de dos puntos fallida con cuatro minutos restantes, a lo que se sumó otro infortunio cuando Davante Adams y su compañero receptor Hunter Renfrow chocaron entre sí en el último intento de pase de Derek Carr.
En este sentido, los Chiefs siguen con dos ventajas claras sobre todos sus rivales divisionales: el mariscal Patrick Mahomes y el ala cerrada Travis Kelce, los dos mejores en sus posiciones en una liga claramente diferenciada por la ofensiva.
Hay que destacar que Kansas City tenía las de perder en la primera mitad, pues Raiders se fue con la ventaja de 17-0 a 10 minutos del medio tiempo, pero Mahomes y compañía respondieron con una serie de 75 yardas y la anotación. Tras esa alegría, los Chiefs se encontraron con otra adversidad, un castigo por maltrato al pasador polémico que les quitó la posesión de un fumble que Kansas había recuperado.
Una bandera amarilla de tal magnitud podría haber hecho caer a otro equipo, pero se mostraron más motivados anotando 24 puntos seguidos. Mahomes completó 17 de los 23 pases con tres anotaciones a Kelce para completar cuatro touchdowns, la mayor cantidad de un ala cerrada desde 1985 y la segunda mayor de la historia.
Mahomes y Kelce siguen desgastando a sus rivales y a toda la AFC Oeste con conexión de 610 yardas en desde el 2018, los únicos en superar la barrera de las 500 yardas.
Ahora a los Chiefs les tocará una prueba de dureza con los Bills en su próximo partido, dos titanes por la superioridad de la conferencia americana y que definirá si Kansas City es apto para competir más allá de su mediocre división.