El señor Cristiano Ronaldo ha sido despojado de los reflectores a los que normalmente está acostumbrado. Al escribir estas letras Portugal ha sido eliminado por los africanos de Marruecos y se han erigido como la gran sorpresa del Mundial Qatar 2022.
Desde su salida del idilio perfecto con el Real Madrid, Cristiano ha dado tumbos con sus decisiones al salir a la Juventus como ahora en su muy pública disputa con su otrora amado equipo, el Manchester United.
Ronaldo es un tipo acostumbrado a ser el centro de atención, a ser intocable, a que nadie le lleve la contra cuando en sus pies se destila un futbol potente, con estirpe ganadora y acostumbrado a vencer cualquier obstáculo para cosechar grandes lograr a base de haber sembrado una actitud ganadora auspiciada por un esfuerzo magnánimo para llegar a la élite mundial.
Haber nacido en la era Messi no es fácil para una persona forjada en la adversidad pero con destino épico. Sus goles, triunfos, trofeos son el fruto de un jugador que nació para jugar, pero sin la exquisitez del también llamado D10S.
Su llegada al Madrid fue le cúspide de su carrera, conectar con el club más grande y mediático lo llevo a alturas que solo el imaginaba. El haber dicho adiós por cualquier razón que solo él y Florentino sabe, debió haber generado en él las ganas de planear algo distinto en su carrera, porque igualar lo que logró en Madrid en cualquier otro equipo del mundo es prácticamente imposible si tomamos en cuenta que los reflectores se reducirían considerablemente.
Mientras Messi sigue siendo el tipo genial, bonachón y prácticamente adorado en París, Barcelona y Argentina, entre muchos otros países; Cristiano se bajó de la posición de pelea por ser el mejor del mundo al dejar la capital española.
Juventus no logró la tan ansiada Champions, Manchester no ha dejado de ser el caos desde que fue comprado por empresarios de USA y ahora su selección le ha faltado el respeto de manera pública dejando a una leyenda mundial en el banco para ver como un equipo de soldados marroquíes los eliminan 1-0 para prácticamente sepultar las posibilidades de un Mundial para el esposo de Georgina y padre de Cristiano Jr.
Mientras Lionel disfruta del beneplácito de la crítica, Ronaldo genera una animadversión en cierto público, de la final soñada a las vacaciones en su nuevo equipo en Medio Oriente,
Cristiano subestimó el impacto de no jugar en el más grande de este planeta y se comprueba que las instituciones sigue por encima de los nombres, que, si bien pueden ayudar a construir, difícilmente las destruirán.
El legado del portugués no esta en juego, YouTube nos recordará por siempre su carácter, fútbol, logros y gambetas, tal vez no ganará un Mundial, pero será eternamente la leyenda que compitió con un joven rosarino por la gloria mundial del fútbol.
Imaginaba sus últimos años de manera diferente, siendo el capo del Madrid, de Portugal y sin problemas en sus vestidores; hoy no esta en España, su selección lo relegó al banquillo y en Manchester lo recordarán más en su segunda etapa por ventilar lo secreto en televisión que por la época gloriosa con Sir Alex.
En Qatar todos esperan que Messi levante la copa, aún con la polarización que a veces generan los de Sudamérica, Messi se cuece aparte; no se que le dolerá más al portugués, si no levantar la copa o que su eterno rival le haya quitado los reflectores en lo que parece ser su última justa mundialista.