Ciudad de México.-
El 16 de septiembre, en el marco del desfile por el aniversario de la Independencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer una propuesta de paz para Ucrania que días después el canciller Marcelo Ebrard expuso en Naciones Unidas, pero que Kiev rechazó como “un plan ruso”.
“Se trata de buscar con urgencia un acuerdo para detener la guerra en Ucrania y lograr hacia adelante una tregua de cuando menos cinco años en favor de la paz entre todas las naciones”, dijo en su momento, tras cuestionar el papel que han tenido los organismos internacionales en el conflicto.
“Habría que empezar por preguntarnos si no se pudo evitar la guerra y si los políticos de las principales potencias no fallaron en resolver pacíficamente la controversia”, dijo el Mandatario mexicano, en un discurso que luego retuiteó para “quienes no conocen bien” la propuesta.
Bajo esta iniciativa, se integraría un comité de diálogo y de paz para frenar la invasión a Ucrania. Dicho comité estaría integrado por el presidente de India, Narendra Modi; el papa Francisco como representante del Vaticano y el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, además de los presidentes de las naciones en conflicto: Volodimir Zelenksy, de Ucrania, y Vladimir Putin, de Rusia.
Ni el mandatario de India ni el Vaticano fueron consultados previo a que se diera a conocer el plan.
El objetivo de esta “misión pacificadora” sería buscar un cese inmediato de las hostilidades en Ucrania y el inicio de pláticas directas con Zelensky y Putin.
En cuanto a la “tregua global”, el objetivo sería dedicar ese tiempo “a enfrentar a los grandes y graves problemas económicos y sociales que aquejan y atormentan a los pueblos del mundo”.
Ebrard presentó la iniciativa días después ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Subrayó que el plan de López Obrador buscaba “fortalecer los esfuerzos de mediación” de Guterres con la conformación del comité “para el diálogo por la paz en Ucrania con la participación de otros jefes de Estado y de gobierno”.
La idea principal, dijo, era crear “espacios para la mediación” que permitieran reducir tensiones y abrir el camino hacia la paz.
Sin embargo, durante su discurso, Ebrard no mencionó la tregua mundial de cinco años que propuso López Obrador. Ebrard defendió los principios bajo los cuales se ha conducido México: “La no intervención, la solución pacífica de las controversias y la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza”.
La iniciativa mexicana no hizo alusión alguna al tema de los territorios ocupados por Rusia, ni en la actual invasión, ni desde la ocupación de Crimea, en 2014.
El gobierno ucraniano rechazó tajantemente el plan mexicano. Mijailo Podoliak, asesor de Zelensky, señaló que los “pacificadores” que usan la guerra para impulsar sus propias relaciones públicas “sólo causan sorpresa. @lopezobrador_, ¿su plan es mantener a millones bajo ocupación, aumentar el número de entierros masivos y dar tiempo a Rusia para renovar las reservas antes de la próxima ofensiva? Entonces su ‘plan’ es un plan ruso”.
López Obrador no se quedó callado. Dijo que quienes rechazaban su propuesta lo hacían o bien por desconocerla o “por sectarismos o intereses de élite”, y defendió su intento de “salvar vidas”.