El domingo 27 de agosto, la empresa All Elite Wrestling por fin pisará territorio europeo, luego de que la pandemia frustrara estos planes hace tres años y lo hará a todo lo alto con el evento All In, que tendrá lugar en el legendario y mítico Estadio de Wembley de Londres, Inglaterra.
Esta la segunda vez en la historia del estadio en recibir un evento luchístico (y coincidentemente en el mes de agosto) luego de 31 años del SummerSlam de WWE.
El boletaje del evento ya ha superado los 80 mil asientos que supera el récord de SummerSlam por lo que el presidente de AEW, Tony Khan, comenzó a llamarlo: “El evento más grande en la historia de la lucha libre”, por el simple hecho de haber podido llenar un estadio de casi 100 mil personas del otro lado del mundo además de enfurecer a los fanáticos de la empresa rival.
Sin embargo, WWE ya sabe lo que es superar la barrera de los 80 mil asientos cuando se trata de hacer eventos magnos, y sin necesidad de anunciar una lucha que enganche a la afición a comprar boletos.
WWE no debería sentirse tan orgulloso cuando se trata de la asistencia a sus eventos. Claros ejemplos son las ediciones de WrestleMania 3 y 32, en los cuales presumen superar la barrera de los 90 mil asistentes al evento, algo que ha estado siempre en polémica, ya que la misma empresa suele inflar sus números con tal de vender su producto como el principal del rubro.
Hay un evento en particular al que se le puede llamar el más grande en la historia del deporte del pancracio, y que está en disputa en cuestión de sus asistentes.
Dicho evento es el polémico Collision In Korea, que se realizó bajo la producción de las empresas New Japan Pro-Wrestling y World Championship Wrestling como parte del Festival Internacional de Deportes y Cultura por la Paz en la ciudad de Pyongyang, Corea del Norte.
El simple hecho de mencionar al país norcoreano es más que suficiente para darnos una idea de todo lo que pasaron los luchadores de las dos empresas durante su estancia en un país con muchas limitaciones y las consecuencias que uno podría sufrir si se infringe la ley; un ejemplo fue cuando los soldados del régimen casi ultiman al luchador Scott Norton cuando fue sorprendido en una llamada telefónica discutiendo con su esposa.
Dejando de un lado tanto lo luchístico como lo que se vivió detrás de escena, este evento es considerado como el “más grande” en la historia de la lucha libre al contar con un total de 350 mil asistentes (o conociendo a los norcoreanos: acarreados) que se dieron cita en el Estadio 1 de Mayo cuya capacidad en ese tiempo era de 150 mil asistentes, y que actualmente fue rebajado a 114 mil.
Para que se llegará a dicha cifra el evento se realizó en dos días. El primero tuvo la asistencia de 150 mil personas, mientras que el siguiente tuvo 190 mil, cifras que hasta el momento se sigue discutiendo su veracidad.
La persona detrás de este evento fue el luchador japonés Antonio Inoki (+) que con tal de seguir en la Cámara de Consejeros de Japón, organizó este evento para establecer relaciones con Norcorea; pero al final de cuentas, no pudo seguir en el cargo tras perder en el año 1995 (mismo año que se hizo el evento) y forzándolo a dejar la política un buen rato.