Parecía que la salida de Ricardo Ferretti marcaba el fin de una era en Tigres.
Se fue Tuca en mayo del 2021 y, podo después, Alejandro Rodríguez, presidente del equipo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, la dupla de la época dorada que adornó de copas la vitrina de las oficinas donde despachaban, en el Volcán.
Antes de irse, obtuvieron juntos el campeonato ante León en el Clausura 2019.
Por ser cíclico el futbol, asumí que iniciaba, en el relevo, otra generación que debía comenzar desde el arrancadero. Pero no. La renovación le cayó muy bien a Tigres y no tardó en rendir frutos jugosos. Ya fue campeón del Clausura 2023, ante Chivas, y ahora busca repetir ante el América, en la Final, su propia fórmula de contundencia para aspirar al bicampeonato en torneos cortos, y la primera seguidilla de copas en su historia.
No era esperado lo que está pasando con el equipo del norte del país, consolidado ya como el más grande de la última década, independientemente de las opiniones insidiosas de sus detractores.
El consenso era que, luego de esa sonada victoria ante los Panzas Verdes, hace ya cuatro años, para dar la séptima Liga, Tigres estaba fundido. La época dorada llegaba a su conclusión. Mauricio Culebro, en la presidencia, y Miguel Herrera, en la dirección técnica, hicieron el relevo. Suponía que debían que construir todo desde los cimientos, arar otra vez todo el extenso páramo para plantar semillas saludables y ser pacientes, en espera de una cosecha que debería demorar años.
Pero todo se apresuró. El Piojo Herrera se quedó en semifinales y, pese a una buena gestión, fue despedido por su enorme boca. Eso de que el equipo había envejecido le cayó mal a la afición. Caramba, André Pierre Gignac, era declarado un anciano a sus 35 años y seguía dando goles.
Luego vino la mala broma de Diego Cocca, el argentino que solo estuvo ocho juegos como director técnico del equipo, y se fue, para no desperdiciar, según él, la oportunidad de comandar a la Selección Mexicana, a donde fue llamado luego de su bicampeonato en Atlas. La aventura tricolor salió muy mal, y tuvo que irse por la puerta de atrás, lo que le demostró que había tomado una decisión errónea.
Chima Ruiz tuvo un paso efímero como encargado del despacho de entrenador. Pero con la contratación de Robert Dante Siboldi, como estratega, en abril de este año, Tigres mantuvo en la cancha intacta su columna vertebral y los pilares sobre los que ha descansado su gloria reciente. Nahuel Guzmán en la portería, Javier Aquino en la lateral, Guido Pizarro y Rafa Carioca en la cintura del campo y Gignac como ariete. Ya no son chamacos estos próceres de la U, pero han sabido aportar sabiduría y liderazgo.
Se han combinado con valores juveniles como Samir Caetano, Diego Laynez, Sebastián Córdoba, Nico Ibañez, Fernando Gorriarán, Ozziel Hernández, Jesús Angulo, y otros chicos surgidos de la cantera que han sido buenas opciones para los relevos, con piernas frescas y vigorosas que ayudan a cerrar los juegos.
Con esta renovación de la mitad de la nómina, la UANL vuelve a la final del Apertura 2023, esta vez contra el América. Es la tercera que jugarán, con una ganada por cada lado.
Aunque se daba por concluido el tour ganador de los felinos en estos últimos diez años, todavía siguen echando chispas y acomodándose entre los protagonistas.
Aunque hay quienes descreen de los universitarios, lo cierto es que forman parte, permanentemente, de las polémicas sobre los protagonistas de la Liga Azteca.
Que se soben, los que sienten dolor por el éxito actual de Tigres.