Cd. de México.-
A cinco horas de iniciar la venta y aplicación de vacunas Pfizer contra Covid-19, en la farmacia San Pablo la tarea se realiza entre desinformación, lentitud y sin los insumos necesarios para su correcta aplicación.
En punto de las ocho de la mañana, las primeras personas inoculadas con una dosis de Comirnaty, que en su mayoría eran de la tercera edad, salieron con una sonrisa de la sucursal Roma Sur.
La vacuna, que tiene un costo de 848 pesos en esta cadena farmacéutica, es de venta libre, sin restricción de dosis por persona y se aplica mostrando el ticket de pago, más una identificación oficial.
“Me parece muy bien que permitan la entrada al país de vacunas que tienen alta protección contra la enfermedad. Yo padecí tres veces Covid, por eso tengo cuatro dosis: las primeras de Astra Zeneca y una de Sputnik.
“El precio es poco accesible para mí, pero vale la pena. No se puede pagar tan fácilmente, pero es un refuerzo, ya que nuestro gobierno no nos ha dado otra opción. No me aplicaría la vacuna Abdalá porque no nos protege contra nuevas cepas y no está aprobada”, dijo Ángela Sánchez, en una plática con EL UNIVERSAL.
Atrás de la señora Sánchez, decenas hicieron fila en espera de su turno por la dosis que hoy por primera vez es distribuida para su venta libre en México. Personas con comorbilidades, ancianos, niños acompañados por sus padres y algunos jóvenes, se enfilaron a la entrada de la cadena comercial, no obstante, antes de las 10 de la mañana las jeringas para su correcta aplicación se agotaron y, unos minutos después, las dosis de Comirnaty.
“No se coordinaron para poner la vacuna y hay desinformación de dónde podemos ir. Fui a la sucursal San Pablo de Jardín Pushkin y me dijeron que viniera acá, antes pasé a Farmacia del Ahorro, pero no hay. Creo que tienen que hacer una estrategia de aplicación más accesible porque yo me informé ayer en las noticias”, narró la señora Ana María quien acudió a la sucursal con sus dos padres de la tercera edad.
Minutos más tarde, la fila creció. Sin embargo, las jeringas para aplicar el biológico se agotaron y después las vacunas.
“Nos dijeron que llegan en un lapso de hora y media. Vamos a esperar porque no queremos la vacuna Abdalá, ni la Patria, que no son seguras ni están aprobadas”, dijo Laura Téllez a este diario.