Como bien dice el adagio, la corrida de reapertura en la Plaza de Toros México, fue decepcionante para el público presente y para todos los aficionados taurinos que habíamos albergado la posibilidad de una tarde de triunfos y por ende el resurgimiento de la afición taurina no solo en la capital de la república sino en todo el país.
La corrida que inició mas tarde de los previamente señalado, debido al zafarrancho suscitado a las afueras de la plaza provocado por aproximadamente 150 anti taurinos quienes violentando la libertad de los aficionados de acudir a un espectáculo público, los agredieron física y verbalmente lanzándoles entre otras cosas, botellas de plástico, así como palabras soeces e insultos al por mayor, además se dieron el lujo pintarrajear las paredes de la barda del coso monumental capitalino, en pleno daños a la propiedad ajena, actos todos contradictorios de aquellos que se jactan de perdonas civilizadas, de anti violentos y profundos protectores de la vida y de los derechos de los animales, en fin…
La plaza Monumental México, lució sus mejores galas, con una previo concierto musical en el centro del ruedo, mientras los tendidos de sol y sombra, estuvieron repletos de gente que entusiasmada acudió desde temprano al inmueble de la colonia Nochebuena, alcanzando el coso mayor del mundo asistencia de aproximadamente cuarenta mil personas, quienes en todo momento estuvieron dispuestos a aplaudir y celebrar todo lo que se presumía pasara en el ruedo.
Pero como suele suceder en tardes importantes, “el gozo se vino al pozo” por el mal juego que dieron los toros de la ganadería de Tequisquiapan de Fernando de la Mora que en su mayoría fueron descastados y que su comportamiento fue en su mayoría infumable para el quehacer de los toreros.
Los alternantes mexicanos Joselito Adame y David Silveti, estuvieron bien a secas cumpliendo a sus astados mientras que el matador peruano catalogado como primera figura mundial del toreo Andrés Roca Rey, no las tuvo todas consigo en toda la tarde se verse desanimado y falto de convicción ante sus dos toros que fueron sin duda “el lunar del encierro”.
Andrés Roca Rey que fue el imán de taquilla en esta corrida de reapertura, tuvo la mala fortuna de dejar vivo al segundo de su lote de nombre “Mar de nubes” un toro de 547 kilos, marcado con el número 12, al que no pudo liquidarlo en el tiempo reglamentario y ponerse pesado con el estoque de descabellar, lo que dejó atónitos y sorprendidos a todos los presentes y a los que seguimos la corrida a por televisión, toda vez que lo último en que hubiéramos pensado sobre el festejo histórico era ver a Roca Rey el gran triunfador de todas las plazas, pegar en la plaza mayor del mundo un mayúsculo petardo, al provocar una tremenda bronca y no poder pasaportar al toro cierra plaza de la corrida, provocando el enojo y decepción de los miles de aficionados que acudieron al coso atraídos por su nombre y jerarquía taurina.
Pero como bien se dice, los toros no tienen palabra de honor y “Mar de nubes” sexto de la tarde provocó que Roca Rey pasara las de Caín en la primera de la temporada grande en su reapertura y con ello plasmar en la historia de la plaza capitalina el primer gran “fracaso” del “Ciclón peruano” en la capital del toreo mexicano.
Y aunque muchos anti Roca Rey, celebraron su “petardo” mofándose de su calidad de primera figura, la verdad es que una tarde aciaga la tienen todos los toreros, siendo figuras o no y este penoso incidente no hará ninguna mella en el sitio que ostenta el joven peruano que en sus casi nueve años de alternativa se ha constituido para malestar de muchos en el torero que más triunfos y arrastre tiene en todo el orbe taurino.
Ya podremos verlo en su faceta más conocida, como un triunfador de todas las plazas.