Imagínese usted, amable lector, que trabaja en una empresa importante y su posición laboral es, igualmente, importante. Se encuentra en un evento de aniversario de su empresa y entre los invitados está el director general, quien al saludar a cada uno de sus empleados les pregunta si aparte de su trabajo allí, se dedican a otra actividad.
Al cuestionarlo a usted, le responde, “soy árbitro de futbol”, y el director le dice; “Órale que interesante, fíjese, tengo una duda y usted me puede ayudar a resolverla”. “Dígame ¿quién inventó el futbol?”.
Sean serios, contéstense ustedes esta pregunta con seriedad, y al final ustedes mismos sabrán si estaban en lo cierto o andaban lejos de la respuesta.
Muchas son las versiones existentes sobre el origen del futbol. China, Grecia, Roma, pero la realidad es que no hay datos precisos; en los tiempos de los vikingos, conquistadores por excelencia, que utilizaban la fuerza para conseguir su fin, llegaban a la población conquistada y para demostrar su poder, le cortaban la cabeza al personaje más importante de ese pueblo y se ponían a tirarle de patadas en señal de que ellos dominaban ahora ese poblado.
Existen antecedentes de algún juego similar en los siglos III y II A.C. en China en donde se practicaba algo similar, pero su práctica era sin ninguna reglamentación. Se jugaba con una vejiga de res o cerdo, rellena de hojas, pelos de los animales, y participaban cualquier número de personas en grandes extensiones de terreno. Lógicamente su práctica no tenía ninguna reglamentación.
Este esbozo de deporte se expandió rápidamente y su práctica se generalizó en muchas partes del mundo: Asia, India, Europa, América y en nuestro país, en Tenochtitlán.
Cuando la práctica de esta actividad se volvió popular entre la gente (hoy diríamos “se hizo viral”) y se arraigó sobre todo en la gente del pueblo, cada población lo jugaba según su idea, pero siempre, sin reglamentación alguna.
Lo jugaban cualquier cantidad de participantes, hombres, mujeres, ancianos, adultos, niños y el “partido” terminaba cuando un equipo ponía el balón en la plaza principal. ¿Qué ganaban? Orgullo.
Pero donde ganó total popularidad fue en los Colegios, instituciones que gozaban de amplios espacios y donde su práctica se hizo muy popular.
El problema surgió cuando cada universidad lo jugaba según sus propias dimensiones de las canchas, el número de participantes y sus incipientes códigos de conducta.
En el Colegio de Rugby, se podía jugar empleando el cuerpo, las manos, los pies para controlar la pelota, retenerla y con el uso del cuerpo, quebrar la resistencia del rival. En los poblados donde no existían estos amplios terrenos, lo jugaban contra la población más cercana.
Entre más colegios y poblaciones adoptaban este deporte, la dificultad de jugarlo contra otros se presentaba porque cada Colegio o población lo jugaba según su idea; algunos no aceptaban el uso de las manos, el contacto físico, las dimensiones del campo de juego y esta dificultad, aunado al crecimiento de la práctica, hizo que las diferentes universidades se juntaran para darle orden a este incipiente futbol.
Por ese motivo se crea, en 1863 la FA (Asociación Inglesa de Futbol) y se redactan las primeras Reglas de Juego que se fueron transformando hasta las actuales Reglas de Juego.
Pero es a principios del Siglo XX cuando el futbol entra en su fase definitiva de organización. El 21 de mayo de 1904 se funda la FIFA con la participación de Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, España, Suecia y Suiza. La FA (Federación Inglesa) se integra en 1906 y poco tiempo después se unen Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos, Uruguay. México de afilia en 1929.
El futbol se “inventa” cuando alguien le da una patada a algún objeto redondo. ¿Cuándo? Habrá que preguntarles a los cavernícolas.
Sí sabía la respuesta, lo felicito. Si no, ya aprendió que contestarle al director general de su trabajo.