Llegamos a la época favorita de todos los fanáticos de la lucha libre: la época de WrestleMania, donde no solo se comienzan a oficializar los combates que engalanaran sus dos noches, sino también donde se dan los anuncios de los nuevos exaltados al Salón de la Fama de WWE.
Este año el evento será realizado en Filadelfia, una ciudad muy especial para el primer exaltado a este grupo elite que seguramente encabezara la clase de este año, ya que en esta ciudad vio la luz una de las empresas que demostró ser la alternativa al duopolio luchistico estadounidense de WCW y WWF, gracias a su gran dirección creativa en crear historias y presentar a futuros campeones mundiales en la extinta y extrañada ECW.
Ese hombre que encabezará el Salón de la Fama este año es Paul Heyman. Nacido en el Bronx, en Nueva York en 1965, es hijo de un veterano de la Segunda Guerra Mundial y una sobreviviente del Holocausto; a los once años comenzaría su aventura empresarial cuando emprendió un negocio de mensajería donde vendía recuerdos de celebridades y deportivos; pero su primer acercamiento a la lucha libre fue dos años después, cuando logró trabajar como fotoperiodista en los eventos que realizada la entonces WWWF de Vince McMahon Sr. en el Madison Square Garden, siendo la misma empresa que le compraba las fotos al joven Heyman.
Tras graduarse de preparatoria, pasar por las cabinas de radio de SUNY y WARY-FM, ser fotógrafo, productor y promotor del famoso club nocturno Studio 54, entraría de lleno a la lucha libre como manager (second) el dos de enero de 1987 en una pequeña promoción independiente en el noreste antes de moverse a la Championship Wrestling of Florida (CWF).
Un mes después se uniría a Kevin Sullivan y Oliver Humperdink adoptando el nombre de Paul E. Dangerously, basándose en el personaje de Michael Keaton, Johnny Dangerously.
Cuando la CWF fue adquirida por Jim Crockett Promotions, Heyman llegaría a la Continental Wrestling Association (CWA) en Memphis, Tennessee para manejar a Tommy Rich y Austin Idol, y posteriormente a la American Wrestling Association (AWA) donde tendría a su cargo al equipo Midnight Express conformado por Dennis Condrey y Randy Rose).
El personaje de Dangerously se convirtió en una extensión de la misma personalidad de Heyman: un joven neoyorkino en ascenso en su vida y que siempre cargaba un teléfono celular que en ocasiones usaba como objeto para golpear a los luchadores contrarios a sus manejados.
Tras irse de la AWA, llegaría a la Continental Wrestling Federation de Eddie Gilbert, donde se desarrollaría en otras áreas como asistente de Gilbert quien no solo era el escritor principal de la promoción, sino que también el escritor principal de la empresa Windy City Wrestling en Chicago.
En 1988, la carrera de Heyman dentro de la lucha libre alcanzaría uno de sus puntos máximos cuando se unió a Jim Crockett Promotions en la NWA, ahí no solo volvería a manejar al Midnight Express, sino también a un joven novato que estaba empezando en las grandes ligas llamado “Mean” Mark Callous (el Undertaker para los cuates).
También fungiría como narrador junto a Jim Ross en el programa principal de la promoción: World Championship Wrestling, que se emitía en la cadena WTBS. En 1991, cuando JCP se separa de la NWA y se convierte en WCW, Heyman forma un grupo de luchadores rudos donde lo catapultarían como uno de los mejores managers del negocio bajo el nombre de The Dangerous Alliance, agrupación que unió a un veterano de la lucha como lo fue Rick Rude (+) y a un joven prometedor y futuro campeón mundial Steve Austin.
Heyman seria despedido en 1993 tras varios roces con el escritor Bill Watts a quien demandó por despido injustificado y discriminación, el caso se resolvió fuera de los tribunales. Tras intentar crear una nueva empresa junto con Jim Crockett Jr., Heyman volaría a Filadelfia, Pensilvania, para reencontrarse con Gilbert que era el escritor principal de una naciente empresa afiliada a la NWA llamada Eastern Championship Wrestling, que estaba bajo el financiamiento de Tod Gordon.
El propósito de esta promoción era ayudar a los luchadores jóvenes a desenvolverse en las entrevistas. Sin embargo, tras el evento de Ultraclash el 18 de septiembre de 1993, Heyman sería el nuevo director creativo de la compañía, además de que seria el manager de algunos a luchadores entre los que destacan Sabu y 911.
Con este cambio en la dirección creativa de la empresa de Filadelfia, en agosto de 1994 iniciaría una revolución. Primeramente, al declarar su independencia de la NWA tras el torneo que buscaba a un nuevo campeón de la misma, el cual Shane Douglas ganaría, pero a los pocos minutos y tras un emotivo (y sarcástico) discurso, tiró el campeonato declarándose nuevo campeón mundial de la recién formada Extreme Championship Wrestling.
Al principio todo era felicidad y caos en la ECW con luchas espectaculares, ya sea de corte tradicional o estilo violento, teniendo una alianza de trabajo con WWF, donde sus luchadores se presentaron en el programa Monday Night Raw a donde acudieron personajes como Raven, The Sandman y Tommy Dreamer, quienes tenían rivalidades feroces entre ellos mismos, Rob Van Dam que cautivó al público con su estilo arte marcialista y luchadores técnicos como Eddie Guerrero (+), Chris Benoit (+), Dean Malenko y Tazz.
También se presentó la llamada “invasión mexicana” con Rey Mysterio, Psycosis, Super Crazy y el regiomontano Antifaz.
Sin embargo, los problemas comenzarían a acabar con todo lo que Heyman construyó en la década de los 90; si bien era un buen productor, era pésimo para los negocios. Solo basta recordar cómo encaro en televisión nacional a los ejecutivos de TNN por el dinero de las transmisiones de la empresa extrema, causando que tuviera que pedir trabajo como comentarista a Vince McMahon para poder pagarles a los luchadores de ECW, quienes ya lo veían como persona no grata por lo que tuvo que colocar a Dreamer como encargado de la empresa hasta el cierre de operaciones el cuatro de abril del 2001.
Inclusive, con los rumores de cierre de ECW muy latentes, tres días antes WrestleMania 17 pudo haber ocurrido una tragedia que hubiese opacado lo que es considerado el mejor evento de la historia.
Se cuenta que Dreamer estaba en Texas durante el fin de semana de WrestleMania y al ver que en un letrero decía que estaban permitidas las armas en la arena, iba a saltar la barrera de seguridad para asesinar a Heyman en televisión mundial para posteriormente suicidarse.
Gracias a la oportuna llamada de Jim Ross (encargado de relaciones con el talento en ese entonces), este hecho se pudo evitar. Ahora bajo contrato con WWE y con su mayor creación vendida a McMahon, Heyman continuó como comentarista durante el 2001, y en ese lapso de tiempo también fungiría como manager de la facción de La Alianza que estaba compuesta por ex luchadores de WCW y ECW que firmaron con WWE.
Este grupo tuvo su momento más relevante, cuando Heyman pronunció un discurso donde le decía sus verdades a McMahon, reclamándole que rompió la regla de no competir entre los territorios de lucha libre hasta como este veía a la lucha libre llamándolo “Entretenimiento Deportivo”.
En los siguientes cuatro años (2002-06) volvería a ser manager de luchadores como en los inicios de su carrera, donde nos presentaría a un joven de 25 años que interrumpió una lucha en Raw y que a los pocos meses se convertiría en campeón mundial, Brock Lesnar, quien posteriormente traicionaría en Survivor Series del 2002 para aliarse con The Big Show y luego con Kurt Angle.
A finales del 2003 se volvió a reunir con Lesnar ahora desde el rol de Gerente General de SmackDown hasta el 2004, volviendo a ser manager ahora de The Dudley Boyz y Hendenreich.
Tras vender todo lo relacionado a la ECW entre 2001 y 2003 a McMahon, WWE lanzaría un documental llamado “El ascenso y caída de ECW”, que terminaría siendo un éxito financiero para la empresa al grado que en el 2005 se produciría el evento de ECW One Night Stand como show tributo a la empresa extrema donde Heyman, con sus clases de oratoria, le diría sus verdades a Eric Bischoff (expresidente de WCW), Edge (le quitó la novia a su amigo) y a John “Bradshaw” Layfield (fue campeón por un año solo porque Triple H no quería trabajar los martes).
Este evento también resultaría un éxito que provocaría el relanzamiento de ECW como una marca perteneciente a WWE, con Heyman como Gerente General de la marca y jefe del equipo creativo de la misma, sin embargo, las intervenciones de McMahon en el equipo creativo de ECW llevaría a Paul Heyman a tener discusiones con él, siendo el evento December To Dismember la gota que derramó el vaso.
La idea original de Heyman para la lucha de cámara de eliminación por el Campeonato de ECW era que CM Punk ganará el título, pero McMahon no le gustó la idea y puso a Bobby Lashley como vencedor; para echarle más sal a la herida, tanto Punk como RVD fueron los primeros eliminados de la lucha, provocando así la salida de Heyman de la WWE hasta el año 2012. En dicho año, volvería para ser el manager de Brock Lesnar quien había regresado a la empresa, pero a su vez también manejaría a CM Punk, Curtis Axel y Ryback.
En el 2020 y en plena pandemia, Heyman se convertiría en el manager de Roman Reigns, quien pasaba a ser un luchador rudo y provocando el nacimiento del personaje del Jefe Tribal y la facción The Bloodline que incluía a Jimmy y Jey Uso, Solo Sikoa, Sami Zayn y más recientemente The Rock; en ese lapso, daría punto final a su alianza de casi 20 años con Lesnar tras traicionarlo en el evento Royal Rumble del 2022 y costándole su lucha contra Bobby Lashley.
Heyman ha demostrado una gran cantidad de talentos en el mundo de la lucha libre sin necesidad de subirse a un cuadrilátero, quién hubiera pensado que ese joven fotógrafo se convertiría en uno de los mejores productores de lucha libre en los años 90 y sentarse en la misma mesa junto a grandes managers como Bobby “The Brain” Heenan, Paul Bearer y Miss Elizabeth, además de tener un gran ojo para futuros campeones mundiales.
Muchas gracias Heyman por darle mucho a la lucha libre tanto por tu excelente lengua al momento de agarrar el micrófono, como por tu cerebro que se te ocurrió romper el molde de lo tradicional e innovar.